noviembre 09, 2009

Balance Cervantino

El pasado fin de semana, se despidió una edición más del Festival Internacional Cervantino. Como siempre, resulta complicado hacer un balance en lo artístico dado lo vasto de la oferta dispensada por la “Fiesta del espíritu” a lo largo de 19 días.

Entre los rasgos positivos se debe anotar el retorno de los espectáculos callejeros de gran formato, como los de la compañía alemana Pan.Optikum y la italiana Studio Festi. A pesar de lo adverso del clima en algunos días, ambas propuestas fueron de lo más llamativo, espectacular y accesible del festival.

La presencia de Québec y Zacatecas estuvo a la estatura de su papel como invitados de honor. Sin duda, dos propuestas escénicas quebequenses deben quedar anotadas en el Top Ten de las experiencias servidas por el FIC: “Nebbia”, del Cirque Eloize y “El proyecto Andersen”, de la compañía Ex Machina, dirigida por Robert Lepage.

La primera no sólo agotó localidades en sus tres funciones en el Auditorio del Estado (recinto que en el resto del año pocas veces tiene oportunidad de experimentar ese honor), sino que cautivó poderosamente al público con su propuesta de circo casi macondiano sumergido en la niebla. La segunda, significó la reivindicación de Lepage, tras la decepción de la “Casa azul” hace algunos años, en una virtuosa conjunción de tecnología, trucos de tramoya y teatro.

Memorables también las actuaciones de los danzarines brasileños del Grupo Corpo (bien sazonados con música de Caetano Veloso y José Miguel Wisnik) y de los actores lituanos de Meno Fortas, que hicieron valer la pena la espera de un año para poder ver el “Hamlet” montado por Eimuntas Nekrosius.

Acierto también, la impronta de un tema eje en la programación del Cervantino, en este caso los 400 años de Galileo y el telescopio. Hace un año, esa temática provocaba no pocos levantamientos de ceja por lo poco apetitoso que parecería ese matrimonio de ciencia y arte. En los hechos, la unión resultó fructífera y provocadora, y fue traducida de muchos modos durante el festival: desde lo rutinario (como podría ser un concierto sinfónico de “Los Planetas”), hasta lo rompedor (como la sesión electrónica de Murcof en el Templo de la Compañía con su “Cosmos”).

Importante también, el enlace formal que estableció el Cervantino con dos influyentes contrapartes internacionales: el Festival de Edimburgo y el festival de música y artes electrónicas nacido en Canadá (pero ya exportado a otras latitudes) Mutek. Ambos convenios de colaboración son bastante promisorios.

En contraparte, la irregularidad fue el sello del teatro mexicano convocado al Festival. Por un lado quedaron a deber y les faltó redondez a propuestas como “Cena de Reyes” o “Fronteras”, mientras que, dentro de sus limitaciones, salieron airosos montajes como “Anatol” de Martín Acosta y “El otro Einstein”, de Raúl Quintanilla.

La afluencia de público también registró una merma, no escandalosa, pero sí significativa (aunque en las cifras oficiales se maneje más bien un aumento de 15% respecto al año pasado). De hecho, funciones antaño tumultuarias en la Explanada de la Alhóndiga (como las de los viernes y sábados), ahora se daban el lujo de tener algunos huecos en las graderías. Eso por no hablar de los espectáculos en teatros, algunos de los cuales (no todos), ocupaban apenas la mitad de su lunetario. Así es esto de la crisis económica.

Cuestión de gustos claro está, pero para algunos falta apuntalar bien en cuanto a factor “Guau” la programación de la Alhóndiga, quizá el escenario más emblemático del FIC. Hay quienes consideran que las sesiones ahí deberían ser más “pegadoras”, espectaculares o festivas. Son los que creen Nortec nos volvió a servir el mismo platillo por tercera ocasión en la clausura y que Sans Fil quedó un poco corto en la inauguración.

Ahora se abre el compás de espera para la edición 38 del Cervantino, en octubre del próximo año, con Querétaro y Colombia como invitados de honor. Veremos cómo queda la “Fiesta del espíritu” entre la fiebre del Bicentenario.

Publicado en A.M. León el 7 de noviembre de 2009

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