febrero 07, 2006

El mundo es muy grande

“Mira Adiel, el mundo. El mundo que es tan grande”. Eso es lo que le susurré a mi hijo el día que lo saqué del hospital a su tercer día de vida. Por supuesto que no me entendió, porque durante todo el primer mes yo para él sólo era “el señor que cambia el pañal”.

El mundo es muy grande es también una de las frases que suelo pensar cada vez que tengo la fortuna de sorprenderme por una música, una pintura o una escenificación que ni siquiera pensaba que existiera (sucede más frecuentemente en el Cervantino). En eso radica parte del encanto del arte, en “pucharnos” el switch de algo que ni siquiera sabíamos que teníamos dentro.

A manera de reclamo, el mundo es muy grande, es también lo que se antoja decir a todo aquél que no quiere saber del ciento de pájaros volando y se va a al tumba con sus tres pollitos en la mano, sin concederse el beneficio de querer ver más allá de los tres metros cuadrados que le rodean (sucede más frecuentemente al escuchar nuestra lastimosa radio local).

Para obertura, esto va saliendo muy largo. Sirvan simplemente estas primeras líneas para presentar lo que esperamos sea una cita semanal para hablar sobre arte y cultura, dos temas sobre los que urge que todos hablemos.

Es curioso que ante las palabras arte y cultura, la mayoría de la gente piense que es un terreno al que no debe meterse, “porque yo no sé mucho de eso”. ¿Por qué no ocurre lo mismo con el fútbol? Ahí sí, todos somos técnicos y candidatos a sustituir a Lavolpe en la Selección Nacional (“No, ¿es que para qué lo pone de carrilero, si no se sabe descolgar por la banda?”).

No, el arte es no cosa de privilegiados. Shakespeare era en su tiempo una figura de masas y muchas de sus obras fueron escritas para darle “al público lo que pida”, lo que hacía que tuvieran el mismo efecto que tienen hoy los “talk shows” (“¡Qué pasé, Otello, el enamorado!”). La Scala de Milán antaño era un lugar que más bien podría pasar por la Arena Isabel por la efervescencia con que el público iba a escuchar ópera.

La verdad es que, como en muchas otras cosas, si dejamos que la cultura sólo sea asunto de “los que sí saben” (o peor, de los que no saben), terminará convirtiéndose en el reducto de un solo grupo y el rehén de posiciones políticas (como ha sucedido muy, pero muy recientemente), en lugar de ser el patrimonio ciudadano que merecemos.

El título de esta columna alude un tanto a permitir que se hable de cultura sin estar en la posición de erudito. Aunque “De plano”, es lo que decimos cuando queremos expresar que pusimos un alto o nos asombramos de alguna decisión extrema, en estricto sentido es una locución latina que significa “llanamente, sin dificultad” y en lenguaje jurídico se emplea para indicar que una cosa se hace sin demasiada formalidad o debate preliminar.

Finalmente aquí es donde se debería levantarse el telón, cortarse el listón inaugural, dejar de sonar la obertura para pasar a la sinfonía, quitarle el celofán al nuevo disco compacto, oler la tinta joven del libro recién adquirido. O sea pues, es hora de decir: bienvenidos y ojala nos dure.

Febrero loco
Las primeras semanas de este mes son propicias para acallar la queja de que en León no hay cultura. Habrá muy buenas opciones para una gran variedad de gustos. Abrimos boca ayer con la presencia de Xavier Velasco, una de las figuras literarias del momento, quien presentó la reedición de su libro “Luna llena en las rocas”.

Aunque al autor de esta columna ambas opciones le causan lo que el agua a los patos, no se puede dejar de mencionar las visitas que harán al Teatro Manuel Doblado el cantautor español Joan Manuel Serrat el día 14 y el Ballet Nacional de Rusia, el 22.

También ya ha iniciado en la capital del estado, la temporada 2006 de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato. Por supuesto que no está incluido acompañar a Plácido Domingo en marzo (¡ups!), pero ojala nos toque escuchar alguno de los mejores programas en León, que regaló un lleno absoluto en el Doblado en la última actuación de la OSUG, en diciembre pasado.


Publicada originalmente en el periódico AM León, el 4 de febrero de 2006.

1 comentario:

Anónimo dijo...

LA VIDA ES MUY COMPLICADA Y ALOCADA...PERO CREO QUE AL FINAL DE EL CAMINO SIEMPRE ENCONTRAMOS ECO A NUESTRAS VOCES. FELICIDADES JOSELO BIEN DICEN QUE EL PRINCIPIO ES LA MITAD DE TODO Y CON ESTO QUE ACABO DE LEER ME QUEDA CLARO QUE EXPRESION...ES CULTURA. ATTE.
SANDRA DEL ROCIO PEREZ BETANCOURT