“León no está listo para ese tipo de eventos”, “Nadie va a pagar un boleto de 5 mil pesos”, “No es la línea que seguimos en el Instituto Cultural de León”, “¿Lo pospusieron para marzo? Eso me huele a cancelación”, “Habrá una probabilidad de lluvia del 50 por ciento”.
Esas y otras voces que conformaban un coro de malos augurios para el concierto de Plácido Domingo en León quedaron sepultadas anoche ante un paisaje memorable: el Foro del Lago lleno hasta el tope en la velada ofrecida por el tenor español.
Aunque un chubasco bastante copioso arruinó el cierre de la velada y dos más pequeños retrasaron el inicio del concierto una hora, bien valió la pena la espera de años para concretarlo.
No era exageración cuando los organizadores dijeron que se trataba de un acontecimiento histórico. Realmente no había tenido lugar en León ningún espectáculo protagonizado por una figura del calibre de Plácido Domingo. Otro gallo sería si Caruso hubiera pisado alguna vez el Doblado.
La más grande lección que dio el concierto es que León sí está listo para recibir este tipo de espectáculos y que el público acudirá siempre que la oferta sea atractiva, los artistas importantes y sobre todo, tenga todo el tiempo del mundo para enterarse. No sólo Los Tigres del Norte pueden meter más de 5 mil personas a las instalaciones de
Posponer el concierto de enero a marzo finalmente hizo mayor bien que mal. De cualquier manera Plácido Domingo no hubiera podido darlo antes de
Los atrevidos Amigos de
A pocos meses de que comience a funcionar el Centro Cultural Guanajuato, el concierto de anoche ha sido un puntual termómetro del nuevo nivel de espectáculos al que está obligado a ingresar la ciudad.
Obviamente eso no se dará por decreto, sino que implica la participación de todo mundo: de unas autoridades que no deben consentir la escasez de miras ni pasarle tanta tijera a los presupuestos culturales, de organizadores profesionales, de patrocinadores que no estén chiquiteando sus apoyos y de públicos participativos y enterados.
La única deuda que quedó pendiente anoche fue la de una digna ovación de pie para una lucidora Olivia Gorra y para Plácido Domingo, que aguantó el temporal tratando de no defraudar al público. Ya tendremos un teatro de ópera para retribuírsela con todo e intereses si algún día, ojala, regresa.
Shakespeare lo dijo todo
Un prócer político es sacrificado a la hora de la verdad por las mismas personas a las que les dio su confianza y los consideraba como hermanos. No, no es la reciente renuncia de Wintilo Vega como candidato del PRI al Gobierno del Estado, pero es increíble el paralelismo que se puede trazar entre esa situación y “Julio César”, de William Shakespeare.
En la tragedia de Shakespeare, las conspiraciones contra el líder menudean y finalmente se concreta la de su compadre Panchito, perdón, la de ese hombre al que le dicen “¿Tú también, Bruto?” Del magnicidio surge, cíclica y exacta, una nueva fractura y lucha por el poder.
No cabe duda que el bardo inglés ya lo hizo todo y los políticos de todo el mundo, consciente y las más de las veces inconscientemente, se han dedicado a seguirle el guión.
Sería muy interesante que una compañía teatral de por acá emulara a sus pares de todo el mundo que se han dedicado a actualizar el discurso shakespeareano aplicado a sucesos actuales. Ya lo hicieron los británicos de Out of Joint durante el Cervantino pasado, cuando ubicaron a “Macbeth” en la convulsa Africa de Idi Amin.
¿Qué tal un “Julio César” sobre Wintilo Vega y el PRI? Seguro sería algo muy atractivo de ver para todos, claro, excepto para los priístas que quizá lanzarían algunos huevos.
Publicado en AM León, el 25 de marzo de 2006.
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