septiembre 30, 2006

Chill Out Crimes II

Pertenezco a una generación maldita, eternamente condenada a escuchar a Timbiriche de las más diversas formas. Uno esperaría que cuando dejara la adolescencia, el mundo sería diferente, pero no. Estaba en secundaria y Timbiriche estaba en su apogeo. Salí de prepa y se seguía oyendo a Timbiriche. Me iba al antro en la universidad y el pelmazo DJ seguía poniendo a Timbiriche. Tengo ya 33 años, soy padre de un bebé y ¡¡¡el mundo me sigue poniendo a Timbiriche!!!

En su momento, Timbiriche me era indiferente. No me gustaba, tampoco me disgustaba como ahora lo hacen, por ejemplo, Shakira, Maná, la nueva Julieta Venegas, Arjona o La Oreja de Van Gogh. Pero ese afán planetario de no reconocer que la hora de Timbiriche ya pasó me exaspera.

El último atentado al pudor y el buen gusto se llama “Timbiriche Chill Out” y es feo como darle besos de lengua a un vaca. Hoy escuchaba a Luis de Llano hablando orgullosamente de ese disco en un programa de radio (aclaro, accidentalmente, porque, como sabrán, yo ya no oigo radio). La pura idea me envenenó el aire que respiraba.

Sólo para que no me digan que echo pedradas sin saber, visite la página de Mixup para escuchar los “sniplets” del disco (esos pedacitos de 30 segundos que sirven para que te des una idea de la canción).

En resumen, es una mamarrachada (y un intento más de Luis de Llano de meter la mano a la cartera de los fans del grupo). Supuestamente la producción es para “evolucionar a Timbiriche con el sonido de hoy”, pero las mezclas gritan 1992. Se oyen sumamente anticuadas y además están hechas muy a la mexicana, sin nada de elegancia y queriendo hacer un pozole de influencias: cantos gregorianos, sonoridades asiáticas, dizque flamenco y dizque bossa nova.

Lo peor es el sintetizador que suena a mariachi en “Besos de ceniza” (¿recuerdan en la película “El Mariachi” original que un cantinero no le quiso dar chamba al protagonista porque ya tenía música en vivo y le pone a un monito tocando un organito Casio? Así suena)

Es imposible volver chill out a canciones como “La banda Timbiriche” u “Hoy tengo que decirte papá”. ¿A quien se le ocurrio? Se ve como esas quinceañeras obesas metidas con calzador a un vestido de shatung de seda. Es pretender darle a unas canciones simples y cursis algo que nunca tuvieron ni quisieron tener.

Timbiriche Chill Out es, en resumen, un muy mal viaje.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, es utópico creer que algún día dejaremos de escuchar Timbiriche, por más que los 'roedores' de la mercadotecnia intenten 'renovarlo' en versión chill out...

Anónimo dijo...

pero bien ke te gustaba el new age