¿Quién se acuerda de “Pleasantville” Es una película de 1998 dirigida por Gary Ross, que en México, como muchas veces pasa con los filmes que de origen no vienen en la lengua de Cervantes, recibió un título ridículo: “Amor a colores”.
Protagonizada por Tobey Maguire cuando todavía no se hacía Hombre Araña, la cinta aborda una fantasiosa yuxtaposición de universos paralelos cuando un par de jóvenes contemporáneos son trasladados al universo monocromo de una serie televisiva de los años cincuentas, toda corrección e inocencia.
El mundo gris de “Pleasantville” se va llenando de color conforme los personajes, cuyo mundo es tan pequeño que ni siquiera saben dónde termina la calle principal, son sometidos a experiencias “reales”: a saber, discusiones, sexo y… libros.
Y es que en una de sus finas metáforas, la película muestra que los libros eran sólo objetos decorativos con páginas en blanco, hasta que quienes los abren comienzan a recordar qué es lo que contienen. Tobey Maguire se convierte en una especie de develador de libros, al ir contándole a los demás de qué tratan volúmenes como “Las aventuras de Huckleberry Finn” o “El cazador oculto” ("Catcher in the Rye").
Es decir, en ese universo ficticio, los libros se volvían realmente libros cuando trababan relación con sus lectores. Y, aunque suene cursi, “Pleasantville” mostraba que leer era una forma de darle color al mundo.
Y esa es la oportunidad que se nos abre con la cercana Feria Nacional del Libro, que en menos de un mes abrirá las puertas de su edición número 19. Ya tendremos suficiente tiempo para comentar con más detalles sobre la vasta oferta de esta celebración de la lectura la imaginación y el conocimiento, pero es bueno ir apartando desde ya un lugarcito en la agenda para darse una vuelta al Poliforum del 9 al 18 e mayo.
Pretextos para justificar que somos un pueblo tan poco lector son más abundantes que las quejas por el horario de verano (cuando uno se va de vacaciones a Nuevo Vallarta también le cambia el horario, pero ahí sí nadie se queja, ¿verdad?), pero en vez de hacernos parte del problema, ¿por qué no nos hacemos parte de la solución?
Profesionale
El rasgo que más poderosamente llama la atención de la Feria Nacional del Libro, o Fenal, es su ya consolidado papel de espacio serio y profesional. En una gran muestra de confianza, el Instituto Estatal de la Cultura no solamente ha vuelto a elegir a la fiesta literaria leonesa como sede para la entrega de los Premios Nacionales de Literatura Guanajuato, sino que también ha subido la apuesta con los encuentros de bibliotecarios, promotores de lectura y narradores orales.
Es un detalle que, con toda razón, debe llenar de orgullo a la Fenal, que ahora también tendrá una jornada especial para atender a profesionales como responsables de bibliotecas públicas y universitarias, que suelen acudir a la feria para hacer sus adquisiciones.
Sin duda, tales actividades son testimonio y demostración de que un verdadero desarrollo de la cultura del libro no se puede lograr sin una vinculación efectiva y proactiva entre todos los actores que intervienen en el caminito que media entre la idea del escritor y la atención del lector.
A escribir cuentos
Comentábamos en la pasada ocasión, que el tradicional Concurso Estatal de Cuento por y para Niñas y Niños, una actividad previa de la Feria Nacional del Libro, había cambiado de denominación y bases. Pues bien, tras una pequeña espera, la convocatoria del citado certamen, que ahora se llama “Hazle al cuento”, a está disponible a través de la página web del Instituto Cultural de León, por si en su casa hay chiquillos de 6 a 12 años que sean versiones miniatura de Cortázar, Rulfo o Arreola.
Hay que ponerse empeñosos, acuérdense que los niños de la escuela celayense Rosa González de Carmona ya se han hecho famosos por acaparar premios en este concurso.
A petición del público
Nos llega la buena noticia de que la exposición fotográfica que Eduardo Castillo tiene montada en la Librería Gandhi se ha extendido un mes más. Si no la ha visto, ahora tiene hasta el 15 de mayo.
Publicado en A.M. León el 12 de abril de 2008.
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