Este lunes 13, me desperté con la muy mala noticia de que el programa de radio "Desayúnatelos con el Doc" había dejado de transmitirse por Stereo Vida, estación de la cadena Radiorama.
A muchos quizá les extrañe que defienda ese programa, puesto que nada que ver con cultura (toooooodo lo contrario), pero es que era con mucho la opción más radicalmente original de todo el pobre cuadrante radiofónico de León y el único programa que escuchaba por gusto y no por accidente.
Radiorama ha dado muestra de no preocuparse por el parecer de su audiencia. Si no ha respetado al programa que más rating le daba en la mañana ¿qué más se puede esperar de ellos?
En primera, si iba a reemplazar al Doc, mínimo lo hubiera hecho hasta que tuviera una alternativa digna, no una simple barrita musical comandada por Bocho Novoa. Es decir, reemplazaron la originalidad, por más pan con lo mismo.
"Desayúnatelos con el Doc" no es un programa para todos los gustos. A mi me desagradó la primera vez que lo escuché, pero después me hice algo cercano a un fan (nunca me inscribí a la nómina), porque ví que era una experiencia casi digna de Andy Kaufman.
Era un programa tremendamente insolente, antisolemne y totalmente enemigo de lo políticamente correcto, tres virtudes que no tiene ningún otro espacio radiofónico. Era un templo de la simpleza más jocosa y lúdica. Irreverente y escatológico, ponía de buen humor a más de alguno y lo hacía llegar a su trabajo con una sonrisa en la cara.
Es sumamente paradójico como la propuesta más revolucionara de la radio fue hecha por alguien que no estudió comunicación y no tenía demasiada experiencia en medios. Simplemente era un sujeto que se hizo popular en Big Brother y ya. Pero se convirtió en el Sansón que derribó el templo del aburrimiento y poca originalidad.
En el Doc había creación de personajes (sobre todo el Mudo, genial), había un afán chacotero que no conocía de tabúes (¡Te queremos, Chapo, te queremos!), tenía ESTRUCTURA (en tiempos en que improvisar ante el micrófono está sobrevaluado) y, lo más importante y digno de un estudio cultural: trasladó al radio una cualidad que sólo se había visto hasta ahora en Internet: la creación de comunidades virtuales con sujetos identificados con "Nicks" (apodos): la Nómina.
En la nómina estaban todos los que escuchaban al Doc y se identificaban con un apelativo distintivo. Llamaban a menudo a cabina y eran de hecho protagonistas del programa. Ningúna otra alternativa en medios electrónicos había convertido a su espectador en protagonista. Ninguna. Sólo por haber logrado eso, "Desayúnatelos" debería haber sido materia de estudio en cualquier universidad del planeta.
Claro, darle el micrófono a las furiosas huestes de la nómina fue un gran riesgo: "Juliancito del Superterror" a varios les caía en el hígado, La "Changuita Bajacocos" hablaba muy visceralmente, la "Fuerte" se contradecía en la misma oración y más de alguno soltó palabrotas al aire. Pero también, eso hizo que alguien encontrara trabajo o que alguien decidiera terminar con su situación de abuso intrafamiliar.
Nada me gustaría más que el programa volviera al aire, pero es demasiado pedirle a Radiorama que valore la originalidad, el desenfado, la creación de universos, la insolencia y el espíritu contestatario.
Ojalá la Nómina de una muestra de su poder y retaque los buzones electrónicos de Radiorama de emails de protesta. Yo ya hice lo propio, pero mientras tanto, sería bueno preguntarle a la cadena, con la tipluda voz del Doc: "¿Qué es lo que quieres?"
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1 comentario:
Cuenorias!!
que andaba de currioso buscando si arkien había eskiviro mi nombre enerrinterrnet. Hola Luis Meza. Esperro que toraviya existas majarero.
Que ni sabes que? Tal vez empiece en internet un podcast... si se arma arko chido te aviso.
Arios y gracias por haberme escucharo en aquellos años.
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