Haciendo planes

Les falló a los que esperaban ver la renovación del consejo directivo del Instituto Cultural de León antes de que viniera Santa Claus a entregar sus regalos.

El Ayuntamiento encabezado por Vicente Guerrero se ha tomado las cosas con calma para la trienal renovación de los consejos ciudadanos, por lo que caras nuevas en el del ICL será posible verlas hasta que comience el nuevo año.

Mientras tanto, una posible señal de continuidad es el hecho de que la actual directiva del ICL ya presentó el Plan de Desarrollo Cultural del Municipio durante la sesión de Ayuntamiento del pasado 8 de diciembre. Este tipo de planes son propios de equipos que llegan a un encargo, no de quienes se van, por lo que se puede aventurar que la institución que lleva las riendas de la cultura en el municipio no experimentará severos cambios de cabeza.

El Plan de Desarrollo Cultural está articulado en torno a cinco ejes: acrecentar la capacidad creativa de los diversos agentes y comunidades culturales; garantizar una oferta cultural amplia, diversa y propositiva a la sociedad y gestionar la preservación y mejoramiento de espacios y manifestaciones identificadas como patrimonio cultural.

También se busca propiciar un desarrollo equilibrado entre las diversas disciplinas artísticas y sus agentes y generar un cúmulo de productos materiales e inmateriales, servicios y espacios culturales que coloquen a la ciudad dentro de las referencias regionales, nacionales e internacionales en la materia.

Ya es mucho mérito que el ICL se haya tomado la molestia, inédita en otros tiempos, de hacer un plan estratégico; pero además de eso, lo ha hecho con especial dedicación, basándose en un estudio realizado por el Instituto Municipal de Planeación y en las políticas contempladas a nivel tanto federal como estatal.

El plan de desarrollo cultural será el instrumento oficial para la implementación de políticas culturales en el municipio y un apoyo eficaz para no tratar de reinventar todo desde cero en cada cambio de administración, entendiendo que el fomento de la cultura es una tarea estratégica de largo alcance, por lo que su ejercicio debe estar a la altura.

Se va, no se va
Es probable, y para varios deseado, ver a Juan Meliá ratificado como director del Instituto Cultural de León. Después de todo, el hombre ha tendido puentes con los creadores, se ha caracterizado por ser buen escucha y por ver el desarrollo cultural más allá de las tres cuadras alrededor de la Ex Cárcel Municipal.

Lo que si es seguro es que don Juan Antonio García Ramírez cederá el asiento de presidente del consejo directivo del ICL. No sólo porque ya cumplió dos períodos en el cargo, sino porque evidentemente ya tiró el arpa. Su última intervención pública como máximo representante de su consejo fue en septiembre, durante la presentación del programa en León del Festival Internacional Cervantino.

Desde entonces, quien ha sido la cara del órgano consultivo del ICL en inauguraciones y similares ha sido David Ramírez Chávez, en lo que muchos han visto como sus rounds de sombra antes de que sea nombrado oficialmente como el nuevo presidente. Habrá que ver.

Subió el recibo
Juan Alcocer dio la pauta para que en una conferencia de prensa convocada en ocasión de la donación de libros publicados por el Senado de la República a la Biblioteca Central Estatal, la atención se dirigiera hacia otro asunto: el consumo eléctrico de la flamante biblioteca, que es de casi 100 mil pesos mensuales.

Quien sabe si eso es mucho o es poco para un espacio de esas características, pero sí puede resultar oneroso para una institución cuyo presupuesto anual es de 3 millones de pesos. Es decir, la pura luz se llevaría más de un tercio del pastel.

Ya hay gente del CIATEC checando qué es lo que sucede (si es cosa de una mala conexión o esas computadoras consumen demasiado) para tomarse las medidas pertinentes y no tengamos que ir a leer a la luz de una vela.

Mientras tanto, esta columna desea a todos sus lectores una muy Feliz Navidad.

Publicado en A.M. León el 23 de diciembre de 2006.