Me llamó mucho la atención el optimismo y alegría desbordados de la Cámara de la Industria del Calzado, patente en la espectacular manta que cubre su edificio sede frente a Centro Max.
La "batalla" a la que se refieren es la extensión de la vigencia de las cuotas compensatorias que se aplican al calzado de origen chino que, por acuerdos comerciales internacionales, debió haberse terminado en diciembre, pero que por negociaciones con China, se ha alargado hasta el 2011, aunque de manera parcial, pues cierto calzado, como las botas y el zapato de vestir, ya no están protegidos, mientras que los tenis pagarán un 100% de cuota compensatoria, la cual irá reduciéndose gradualmente hasta desaparecer.
"Detuvimos al gigante comercial más grande del mundo" es lo que dice la manta completa. Yo no creo que lo hayamos detenido. A lo mucho, nos otorgó una momentánea clemencia, pero bueno, ya se sabe, desde tiempos de Ignacio Zaragoza, que la alegría de ganar una batalla a menudo compensa la tristeza de perder la guerra.
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