Comienza a verse

Por fin hubo movimiento en la Biblioteca Central Estatal. La última actividad ofrecida por la flamante institución del Centro Cultural Guanajuato había sido una función de cineclub a mediados de diciembre, pero ya este viernes inauguró su primera exposición del 2007.

“Manos que miran” es el nombre del programa de actividades que acogerá la Biblioteca de aquí al 9 de marzo y que incluye conferencias, talleres de sensibilización y un par de llamativas exposiciones enfocadas en las personas con discapacidad visual.

El programa se enmarca dentro de las Jornadas de difusión sobre la atención a discapacidad visual en Guanajuato, en las que la institución que lleva el nombre de Wigberto Jiménez Moreno tiene un rol especial, con su sala braille.

Vale la pena recordar la queja de una visitante publicada hace algunos días en la sección de Línea Directa de este periódico, donde se quejaba del “bajón” de actividades que ha tenido el Centro Cultural Guanajuato con el fin de año.

Si bien, se comprende que haya ciertas huecos de incertidumbre durante el cambio de administración estatal, también es cierto que una institución cultural puede perder muy rápido su empuje si no se apuntala su presencia entre la población con difusión y actividades constantes.

Ya nos acabamos los primeros 40 días del año y todavía no se ve que esté fluyendo el presupuesto hacia las dependencias que atienden la cultura en la entidad. En estos tiempos en que la administración estatal está siendo severamente criticada por andarle pagando a parientes y a funcionarios express, no se debería estar abriendo otra receptoría de inconformidades con la desatención financiera a la cultura.

Alegráos, cinéfilos
El viernes dio inicio la 48ª Muestra Internacional de Cine, organizada por la Cineteca Nacional y traída a la ciudad, desde hace más de una década, por el Instituto Cultural de León y Cinépolis.

Este programa definitivamente ha contribuido a expandir la cultura cinematográfica y poner en evidencia que no todo son las producciones de Hollywood. De hecho, de unos años a la fecha, las distribuidoras de filmes europeos o asiáticos que han tenido gran éxito en festivales, han agarrado la maña de sacar sus películas de la Muestra y exhibirlas en corrida comercial. Por algo será.

Hace un par de días, durante la presentación del programa de la Muestra, Juan Manuel Maldonado, gerente de Cinépolis, comentaba que la Muestra paulatinamente se ha ido convirtiendo en un programa autosustentable, gracias a la afluencia de los cinéfilos.

Eso no puede ser sino una magnífica noticia y una demostración que, aunque cueste trabajo, es posible crear público para un programa y mantenerlo. Ahora, a ir a ver las películas, que hay para varios gustos.

Si hay cambio
La semana pasada esta columna consignaba que buena parte de la planta ejecutiva del Instituto Estatal de Cultura era la misma desde la administración antepasada, pero nunca falta la Beatriz orientadora, vale la pena rectificar que Ediciones La Rana acaba de cambiar de manos.

El buen Arturo Joel Padilla ha entregado la estafeta a Juan José de Giovannini, quien se estaba desempeñado como titular del área de publicaciones de la Universidad de Guanajuato, además de ser cuentista y poeta y una figura activa en el panorama editorial y de fomento a la lectura. Un nombramiento, pues, con mucho más sustento que otros de asesores de secretarías.

Kafka mexicano
El IMSS se esmera por hacer cierta esa exagerada aseveración de que “Si Franz Kafka hubiera vivido en México, hubiera sido un escritor de costumbres”.

La más reciente perla de nuestra adorada institución social es la de pedirle a sus jubilados “que demuestren su existencia”, lo que ha llevado a varios parientes de pensionados a pasar un martirio burocrático que no le pide absolutamente nada al de Josef, el protagonista de “El Proceso”.

Lo absurdo del caso, es que se les pida esa comprobación de existencia a pacientes que el mismo IMSS tiene internados para tratamiento. ¿Surrealismo? Más bien debería ser teatro pánico.

Publicado en A.M. León el 10 de febrero de 2007.