Tras tres años de conducir, casi diariamente he llegado a la siguiente conclusión:
El volumen del autoestereo del automóvil que circula a tu lado es directamente proporcional al mal gusto musical del conductor.
Y es ley, no teoría o elucubración. Es una ley tan clara y rotunda como la de la gravedad. ¿A poco alguien ha escuchado "Beautiful" de Gustavo Cerati más alto que "Arboles de la barranca" de Julio Preciado?
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