Los que me conocen saben que soy de los que les gustan las mezclas, entre más bizarras, mejor. Por eso me gusta “Y todo para qué” cantada por Natalia Lafourcade; el montaje alemán de Medea que vino hace algunos años al Cervantino, las mezclas de Nortec o los shows de Astrid Hadad.
Por eso no pude resistirme a este disco: una compliado lounge de canciones del grupo rockero Guns n’ Roses, ¡pero en Bossa Nova! Muero por llevarselo a mi hermano Jaime, baterista de una banda dedicada a puro rock de los ochentas y verlo como se retuerce del coraje.
Si son fanáticos de Guns n’ Roses escuchenlo sólo si andan con ánimo masoquista o desear suicidarse. No les va a gustar absolutamente nada que hayan “mancillado” y descafeinado, deslactosado, desnicotinizado y azucarado las altisonancias de Mr. Axl Rose. Si buscan por Internet, verán que hay mucho rockero realmente en-ca-bri-ta-do con este álbum.
Ahora que si lo que quieren es divertirse, lleguenle con gusto. Las versiones tienen mucha gracia, la instrumentación está bien puesta y algunas son realmente cachondonas, como “You could be mine” o muy groovy-Super Agente 86, como “Welcome to the jungle”. No deja de ser un disco un tanto light, pero definitivamente mejor hecho que el “Timbiriche Chill Out” de todos los demonios.
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1 comentario:
wow ya lo escuche ¡es horrible! me pregunto como pueden hacer estas cosas....
En fin, yo esperaba la reaparición del grupo en una fenomenal gira y lo que encontre es esta nada agradable muestra de la decadencia imaginativa y musical de nuestros tiempos.
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