Totalmente Palacio (version impresa)

Por si la polémica por sus deficiencias y anomalías administrativas en su construcción no fuera suficientemente entretenida, la Biblioteca José Vasconcelos vio llegar hace unos días la indignación de un diputado del PRD por el hecho de haber sido usada como locación fotográfica para un catálogo de la tienda departamental El Palacio de Hierro.

Ciertamente el reglamento de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas estipula que las instalaciones y mobiliario de las bibliotecas son de uso exclusivo de éstas y que no puede hacerse uso de ellos para fines distintos a su naturaleza. En estricto apego a la letra, la cosa estuvo mal, aunque no representa ni de lejos un atentado cultural.

El reglamento ahora defendido por un miembro de un partido que se dio gusto violentando reglamentos en la pasada temporada electoral, data de la primera mitad de la década de los ochentas. En ese entonces, ¿Quién diablos se iba a imaginar que una biblioteca iba a servir de pasarela?

Más bien en lo que se pensaba era en evitar que cada fin de sexenio se hicieran perdedizos libros y muebles de las de por sí modestas bibliotecas del país; o en que fueran salón de fiesta u hotel de paso de algún funcionario poco escrupuloso.

Sin embargo, así quedó asentado en una regla y esta regla evidentemente se rompió. Viendo que a menudo se violenta la Carta Magna en nuestro país, escandalizarse porque se rompa un reglamento parece un tanto exagerado, pero pasando al fondo de la cuestión ¿es malo usar un recinto cultural para otro uso que no sea estrictamente cultural?

No nos ubiquemos en los ochentas, sino en el 2007. En Europa y Estados Unidos se ha hecho muy común el hacer lanzamientos de productos, eventos empresariales o simples cenas de gala en museos, teatros y otro tipo de recintos culturales. Es una forma en la que las instituciones culturales se han abierto una vía para obtener ingresos (ya se sabe que nunca alcanzan los dineros en cultura), a cambio de arrendar sus instalaciones. Es una tendencia que ha resultado ser beneficiosa para ambas partes y un rasgo de modernidad en gestión cultural.

Aquí en nuestro estado, el Forum Cultural Guanajuato tuvo entre sus rasgos de diseño original el que sus espacios pudieran ser utilizados en eventos no necesariamente culturales, pero que contribuyeran a proyectar su imagen en otras esferas y a la vez, le permitieran al complejo obtener beneficios.

Dado que los recintos culturales de vanguardia se convierten en iconos urbanos y motivos de identidad para una ciudad, resulta completamente natural que tarde o temprano sean usados como locación fotográfica o fílmica. No tiene que verse eso como algo negativo: un edificio cultural es algo vivo, que tiene que mostrarse, aprovecharse, disfrutarse y presumirse, no un templo que debe mantenerse inmaculado y aislado.

Obviamente se deben formular reglas claras para la utilización por terceros de los recintos culturales y que este uso genere ingresos para la manutención o algún beneficio palpable para la institución. Tampoco se trata de prestárselo a cualquiera que se le ocurra pedirlo (directores de cintas porno u organizadores de convenciones de pirómanos, por ejemplo).

Mercedes Iturbe, RIP
Sorpresiva fue la muerte de Mercedes Iturbe, una de las promotoras culturales de más amplia trayectoria del país y ex directora del Festival Internacional Cervantino entre 1990 y 1992, justo antes de la llegada de Sergio Vela.

Mujer de carácter que a lo largo de su carrera estuvo acompañada por la polémica (¿Qué tal cuando apareció con un seno descubierto en un cuadro de Alberto Gironella para una de las ediciones del FIC que dirigió? ¿o su misma salida del FIC, al parecer por diferencias con el recién llegado régimen panista a la Gubernatura?), no se le puede regatear a Iturbe su empuje y cariño a la tarea cultural. Descanse en paz.

Bravo, Banzi
Definitivamente un magnífico espectáculo el ofrecido el lunes por Pitcho Womba Konga y Habib Dembélé en la obra de teatro “Sizwe Banzi está muerto”, dirigida por Peter Brook. Es el tipo de espectáculos que nos merecemos ¿a poco no?

Publicado en A.M. León el 7 de abril de 2007.