enero 12, 2008

Recuerdos del FIC

Esto que ven aquí es la memoria de la última edición del Festival Internacional Cervantino. Me la encontré en mi escritorio este viernes, junto con una carta de agradecimiento de Mini Caire (No, no soy tan importante. Era un envío masivo para todos los periodistas que cubrieron el evento, con firma facsimilar).

Me emocionó muchísimo este orondo volumen, en primera porque de nuevo la "Memoria" del FIC realmente es memoria y no recopilación de los programas de mano, como era anteriormente. En segunda, porque el Festival decidió hacer glosa de todos los eventos de la edición 35 a través de los testimonios de los periodistas, retomando citas de decenas de crónicas.

Me quedé sin habla al ver que el desfile de citas comienza con uno de mis comentarios al espectáculo del Ensamble de Canto y Danza de Jilin. También tuvieron a bien citarme en las páginas dedicadas a Concha Buika y Betsy Pecanins.

Y perdonenme si me veo sangrón, mamila, egocéntrico, payaso, engreído. Pero ver eso es algo de lo más halagador que me ha tocado en mi vida profesional. Secretamente, cada vez que veía esos boletines de artistas extranjeros que incluían un apartado con "Lo que la prensa ha diho", me moría de ganas de que algún día uno de mis párrafos anduviera ahí.

Y es que las palabras que uno escribe en el diario que más de uno usará para limpiar los cristales o prender el boiler adquieren una dimensión muy especial cuando se vuelven parte de un libro o de algo condenado a tener más permanencia. Además, en ese libro, todos los que tomamos parte del Festival de alguno u otro modo, nos sentimos parte de la misma cosa.

Quizá exagero. En realidad, quienes están citados más veces son el departamento de prensa del FIC y más extensamente, críticos de a deveras como Fernando de Ita, pero el gusto nadie me lo quita.

Al día siguiente de recibir este volumen, me enteré que Mini Caire deja el Cervantino, pero eso es asunto para otro post.

1 comentario:

Deyanira dijo...

Luis:
Ya sabes que posees los ojos por cuales cientos miramos el arte, y la pluma por la cual la entendemos. Gracias por tu trabajo, por ser una extensión de nuestro a veces limitado olfato cultural, por poner en tus lectores las nubes contemporáneas en una traducción cotidiana y ágil.

Sinceramente, te felicito por tu trabajo, te envidio, te admiro, te amo.