No se vale

No sé que tan enterados están del caso de un comandante de la policía municipal que presuntamente disparó contra un joven que formaba parte de una “bolita” que se puso a aventarle bolas de granizo al policía y su familia. El caso fue recogido por A.M. el 3 de abril.

Pues bien, el joven esta grave en el IMSS y el comandante acaba de salir libre con reservas porque no se pudo probar que él haya hecho los disparos. Yo al principio tuve una postura a favor del policía (que estaba de descanso, regresando de un paseo), porque los vandalitos empezaron el pleito: aventaron bolas de granizo mientras pasó la camioneta del policía y su familia y luego la persiguieron hasta su domicilio, donde desataron una riña y rompieron el parabrisas de la camioneta. Provocadores pandilleros, pues. Vagales capaces de meterse en problemas serios por una estupidez.

Pero ayer que salió libre el comandante, no me gustó nada, nada, nada, que una patrulla lo haya recogido en el CERESO y trasladado a su domicilio. Es decir, una patrulla pagada por nuestros impuestos en lugar de estar haciendo labores de vigilancia, fue empleada de taxi.

El comandante venía de estar preso, no de estar en un operativo. No estaba en funciones de su trabajo. O qué ¿todo recién liberado del CERESO tiene derecho a que una patrulla lo lleve a su casa?

Y ahora resulta, que el alcalde Vicente Guerrero no sólo dice que “es normal” emplear un vehículo oficial para algo así, sino que ¡¡¡¡la Policía Municipal pagó el abogado del comandante!!! NO SE VALE. El policía NO estaba de servicio, lo que le pasó fue en su plan de civil, por lo que debería hacer lo que cualquier civil en apuros: pagar por su propia defensoría.

Ahora bien, siendo un comandante tan experimentado, ¿por qué fregados permitió que lo persiguieran unos vandalos sin pedir ayuda a la policía? ¿por qué si le llegaron a su casa a armar desorden no solició auxilio policiaco? ¿Qué nunca se dio cuenta que la cosa se iba a salir de control? ¿Qué no sabe disparar a las piernas en lugar de la cabeza?

Evidentemente se trata de un caso muy complicado, donde todos son culpables. Porque si el comandante no fue quien disparó (porque queda claro que lo vieron empuñando el arma, pero no lo vieron disparando), pues debe saber quién lo hizo, porque la otra explicación es que alguien le quitó la pistola y disparó.

Encima queda la sospecha de un proceder incorrecto de la policía, pues los familiares del joven cuentan que entregaron la ojiva de la bala disparada a policías, pero estos no lo reportaron. Los leoneses no nos merecemos una policía que desate dudas en su actuar; no nos merecemos que los guardianes del orden hagan cosas que demeriten la confianza en ellos.

Ahora que el municipio pagó el abogado del comandante, ¿no podría pagar también la cuenta de hospital del joven baleado? Digo, si nos vamos a poner tan espléndidos, mínimo que sea parejo.