Obviamente que me sacó de balance el caso del enfermo (que conozco su nombre, pero no lo citaré porque hay mejores formas de hacerse famoso) que mató a 31 personas en Virginia Tech. Es algo que sale de todo parámetro pensar en que un tipo cualquiera con toda la calma del mundo puede comprar una pistola como si comprara huevos en Wal-Mart e irse a acabar con el mundo.
También me vulnera la oleada de suicidios en el estado (y eso que en mi periódico no cubrimos los suicidios precisamente para no andar dando ideas) y de plano me quedé pensando en qué le estará pasando al mundo cuando me enteré, hace unos días, del suicidio de una pareja de adolescentes en Puebla.
Los chiquillos tenía 15 años y llevan dos meses de novios. ¡Dos meses y ya les fue suficiente para saber que el mundo no les dejaría vivir su amor! (pienso). Dos meses y ya creyeron que merecían hacerse el Romeo y Julieta. ¿Que no leyeron "El amor en los tiempos del cólera"? El protagonista se esperó hasta ser anciano para poder estar con la mujer que amaba.
Cuando nos preparábamos para recibir a Adiel en el curso de parto psicoprofiláctico, escuchamos y hablamos muchas veces de la idea de "tolerancia a la frustración". Es algo que puede parecer muy sencillo, pero es la primera destreza que hay que desarrollar en un ser humano, que aprenda que no siempre las cosas salen bien y que no por eso el mundo se acaba. Y es que a los bebés precisamente ese es su aprendizaje más arduo: que su vida no se va a acabar si no les dan esa paletita; que si se termina el programa de Elmo, ¡ya vendá otro!
Hoy mismo a mi, a ti, hay algo que no te va a salir; algo que no vas a tener; algo que no podrás evitar. La vida perfecta no está hecha de eliminar todas las contingencias, sino de saber reponerse de ellas y reconfigurarnos constantemente. Creo yo.
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2 comentarios:
Tu comentario me parece muy atinado para estos tiempos.
Todos tenemos miedo a la frustracion porque vivimos en una sociedad que aplaude el exito y no apoya la tristeza y el dolor.
Parece el sino de esta epoca.
En la que todos los problemas se nos hacen grandes porque no les enseñamos a estas generaciones a soñar, a imaginar a crear.
Saludos.
Liliana
Asi es, efectivamente mi sensei, jiji
Saludos
Lea
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