julio 31, 2006

El día que conocí la TV por cable

Sí, sé que suena ridículo, pero pase más de 30 años de mi vida sin televisión por cable. Sólo cuando viajaba, llevaba el control remoto más allá del canal 13. De niño, nos dimos por bien servidos con los modestos 4 canales que malamente agarraba nuestra antena.

Pero desde hace unas semanas, Deya, Ayeyo y un servidor tenemos cable en casa, básicamente porque ya nos habíamos hartado de ser rehenes de La Academia, Bailando por un Sueño y los Infomerciales. Desde siempre estaba convencido de que la oferta de la TV abierta era pobrísima (apenas un poco mejor que la de la radio local, que, lo reafirmo, apesta).

Pero nunca me imaginé que el contraste fuera tan abismal. Es más, hasta mi parámetro de lo que era posible ver en televisión estaba abajo de lo que veo ahora. Cosa de ver las películas de Cinema Golden 2 o la programación nocturna de FX. ¡Qué ciego fui tanto tiempo!

Qué rico poder ahora ver caricaturas a todas horas (formo parte de ese grupo incomprendido de adultos que ven Cartoon Network), embobarse con los documentales de NatGeo o Discovery Channel (ayer me quedé pegado a la historia de los carniceros en History Channel), descubrir qué ridículos éramos en los 80's viendo Miami Vice y ver cómo en los realitys caben desde las andanzas de estrellas porno hasta las de Papá Hulk Hogan.

Sí, ya sé que tooooodos mis conocidos tienen cable desde siempre y que para ellos no significa la gran cosa. Pero yo estoy feliz, aunque incómodo porque la "zappeada" dura mínimo 10 minutos y aún no memorizó a qué canal corresponde cada señal.

Pero bueno, tener algo que ver en la casa es más que nada para las noches. Mi propósito ahora, que se acerca mi cumpleaños, es poder ir más seguido al cine y bajarle a mi lista de libros pendientes. Cuando uno anda en esto del periodismo, si no se cuida de alimentarse sensorial e intelectualmente, tarde o termprano se agota y comienza a escribir cosas aburridas y sin chiste.

Así que, adiós Academia; hasta nunca Infomerciales de las 12:00 de la noche. Me saludan a Nuncavuelvas.

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