Mañana comienza el horario de verano. Me ha tomado un poco por sorpresa que no hayan abundado las críticas de todo ese enorme grupo de población a la que se le dificulta sobremanera levantarse una hora más temprano y organiza por ello casi casi un golpe de estado.
La verdad es que los mexicanos somos muy malos para unirnos a causas comunes. Casi todas las críticas contra el horario de verano son porque “no hay ningún ahorro en MI (repito MI) recibo de la luz”. Como que nadie agarra la onda de que el ahorro de energía no se va a sentir en tu casa, sino al sumar todas las casas del país.
Quizá sea que nos vendieron mal la campaña desde que se implantó hace cosa de una década. Se le tuvo que haber hecho sentir a la población que era un pequeño sacrificio individual, pero un beneficio para México. Y es que en general nos falta mucha conciencia de los problemas globales: pensamos que la energía eléctrica, el agua o el gas ahí estarán siempre y no tenemos que andar preocupándonos por cuidarlos.
Claro que puede costar acostumbrarse al nuevo horario, pero no más de unos días (yo en una semana ya ni me acuerdo). A cambio creo que sí es beneficioso aprovechar más la luz del día. Yo hasta siento que el tiempo me rinde más en el Horario de Verano. Así que basta de andarse quejando y de pensar “a esta hora todavía estaría dormido”, que así no nos adaptamos.
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