julio 19, 2007

Becarios en marcha

La primera semana de julio, hicieron su debut en público dos de los proyectos apoyados por el Programa de Becas en Apoyo a la Producción y Difusión Artística de Proyectos de Pequeño Formato, del Instituto Cultural de León, realizado por primera vez este año.

El primero es el Espacio de Arte Lúdico, un nuevo escaparate para el trabajo de los jóvenes artistas leoneses que abrió sus puertas el miércoles en la esquina de Viena y Mariano Escobedo, en la Andrade.

Se trata de una iniciativa en la que está involucrado un grupo de jóvenes creadores y promotores, entre ellos Gastón Ortiz, Isela Ruvalcaba y Adriana Vidales, por mencionar sólo a algunos. El espacio operará como una galería de arte, pero también ofrecerá talleres de verano y será foro alternativo durante el próximo Festival Internacional de Arte Contemporáneo.

Espacio Arte Lúdico perseguirá el doble propósito de servir como ventana para el trabajo de artistas jóvenes, que a veces por trayectoria o experiencia no tienen acceso a las galerías oficiales, y también como campo de cultivo para nuevos coleccionistas y apreciadores de arte contemporáneo, a los que tratará de ganarse con obra interesante y asequible (el clásico “cuadros de a 20 dólares” de las galerías capitalinas).

Para su inauguración, que resultó bastante concurrida, Espacio Arte Lúdico presentó una muestra plástica de Oliver Esquivel y Gastón Ortiz, que se distribuye laberínticamente por lo que fueran las habitaciones de una gran casa.

Otra iniciativa que se ha puesto en marcha es la revista literaria Balbuceo, editada por los muy muy jóvenes Daniel Aguilar y Eduardo Martín del Campo.

Es una publicación tremendamente inusual para ser apoyada oficialmente, sinónimo de dos cosas: la gran apertura que mostró el jurado de becas de ICL y que más allá del enojo o pasmo que pudiera provocar a la primera a los lectores de 25 años para arriba, es una mirada a las letras emergentes de nuestra región y nuestro momento.

La misma sorpresa que experimentaría un padre al testimoniar la primera borrachera de su hijo adolescente o descubrirle condones en la mochila, es la que sentiría la mayoría de los lectores adultos ante Balbuceo: irreverente, sarcástica, escatológica, incorrecta, maleducada y a veces grotesca.

Pero ¡aguas! Que usted se enoje es parte del guión, así que lo mejor es contar hasta 10 y enfriar la cabeza para descubrir detrás de varios de los colaboradores (no de todos) a jóvenes escritores en desarrollo que no por antisolemnes son menos imaginativos o ignorantes. Hay chicos, como Luis Valdez, becario del Centro de Escritores de Nuevo León, o como la guanajuatense Amaranta Caballero, con un par de libros en su haber.

En la publicación, además de cuentos y poemas, hay también ensayos, entrevistas y comentarios sobre películas y músicos, casi todo orquestado en un tema medular que irá cambiando cada número (bimestral), en este caso, la güeva.

Balbuceo hay que verlo como una radiografía de un grupo de escritores en torno a los 20’s que obviamente tienen preocupaciones (o des-preocupaciones) muy distintas y formas de entender la literatura que no tienen por que cuadrar con lo que conocemos. A fin de cuentas, muchos de los grandes escritores han sido también grandes gritones, pendencieros y buscapleitos.

Es un estadío del que pueden surgir cosas interesantes, un campo de experimentación y que, como mucho del arte actual, necesita del tamiz del tiempo para apreciar si valió la pena.

Llega la placa
El sábado 7 de julio, el Centro de Artes Escénicas de León, dirigido por Héctor Castillo, estuvo de fiesta con la develación de placa por 150 representaciones y fin de temporada de “La Noche de los Sincalzones”, comedia de Antonio González Caballero repuesta en febrero pasado.

Esta divertida historia de magia y avaricia había acumulado su primer centenar de funciones en el foro de la ya desaparecida Floración del Mezquite y revivió para su segunda época con un elenco dominado por los jóvenes actores del CAEL y dos experimentadas figuras del montaje original: Jorge Trujillo y el propio Héctor Castillo. Enhorabuena.

Publicado en A.M. León el 7 de julio de 2007.

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