julio 19, 2007

Y hablando de 31 minutos

Una de las razones por las que la televisión por cable es una bendición es el programa 31 Minutos. Pasa en la barra infantil de Canal Once (el del IPN, no el de Televisa Bajío) todos los días, incluyendo sábados y domingos (en una pésima jugada, el Once lo había empezado a pasar sólo una vez a la semana, pero ya entró en razón).

Es lo mejor que le ha pasado a los programas de televisión con títeres desdes Los Muppets ("On your face, Lunis!"). Realizado en Chile por la Televisión Nacional, es un noticiero plagado de humor e ironía. Aunque está pensado para los niños, termina haciendo reir a los adultos. Asombra por la extrema austeridad de sus recursos, que los productores convierten en ingrediente extra para su humor: como el súper héroe Calcetín con Rombos Man que es... pues eso, un calcentín de rombos que defiende los derechos de los niños; o los segmentos donde intervienen modestos juguetes de plástico o guantes de látex.

A mi me encanta la arrogancia de Juan Carlos Bodoque (el reportero estrella) y las canciones del Top Top Top, verdaderos hitazos como "Bailan sin César" (hasta que aparece César y lo arruina todo), "Me cortaron mal el pelo" o "Señora, deme mi pelota o si no, no sé lo que haré", que presenta Policarpo Avendaño, quien, como todo conductor musical payolero, sólo recomienda a sus parientes y amigos.

Una vez los personajes hicieron una adaptación al Quijote, pero delirante y absurda, al punto de que Juan Carlos Bodoque narró:
- "Y entonces, Don Quijote se enfrentó a los molinos de viento vampiro
- Pero, Juan Carlos, ¿estás seguro de que así va la historia?
- Bueno, de los vampiros sí".

Si tienen oportunidad, sintonízenlos de lunes a viernes, a las 16:30 horas y los sábados y domingos, a las 10:30 horas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A mí cae bien el floor manager, y el conductor de programa.. pro no me acuerdo cómo se llama, en fin, son geniales