septiembre 11, 2008

A mi sí me gustaron las placas

No soy panista, muchísimo menos yunquetero (ni Dios lo quiera) y, cuando hablé de los funcionarios Gutierritos, creo que quedó claro cuál es mi posición ante la actual administración estatal.

Así pues, lo que voy a decir no tiene ningún sesgo partidista. Hablando en estrictos términos de diseño, en el plano puramente visual, a mí me gustaron mucho las nuevas placas que empezarán a utilizarse en Guanajuato a partir de octubre. Me parecen sobrias, limpias y vistosas. Virtudes que asombran mucho más dado el mal gusto que empezó mostrando la administración estatal con el logo horrendo del mapita-familia con que iniciaron.

Yo sí usaré las placas con cierto gusto porque, además, el azul y el naranja, así sin connotaciones simbólicas, son de mis colores favoritos. Me parecen de las placas más bonitas que hay en el país. No es que haya mucha competencia al respecto, cosa de ver las de Nayarit casi ilegibles porque traen una foto de Nuevo Vallarta de fondo; las de Jalisco, que aparte de su extraña combinación de colores salieron medio chafas (la mayoría de las que he visto están desteñidas) o las de varios estados del sureste.

Ahora bien, que poner placas nuevas sea una decisión cuyo sustento principal (la seguridad) sea indefendible ante tanto carro "chocolate", claro que sí. Que sea éticamente incorrecto que los colores de un partido político se vuelvan los de la administración estatal, claro que es incorrecto. Pero el fondo del asunto es que nuestros legisladores de oposición son muy duchos para hacer rebatingas sobre estas cosas como si fueran parte de la solución, cuando en realidad son parte del problema.

Me parece decepcionante que la justificación de usar esos colores sea "¿por qué otros estados si pueden usar colores partidistas y nosotros no?" (alguien debería recordar que las placas de Tamaulipas son cafés, que las del DF son verde con dorado o que las de Michoacán el único amarillo que tienen es el de su banda de mariposas monarca?).

Me parece irritante que un municipio como Valle de Santiago no tenga ningún semáforo funcionando, pero sí para repintar sus patrullas, antes amarillo PRD, por azul-naranja PAN. Y es muy pueril que el PRI se enoje aquí por algo que hacen en otros estados (Puebla, Oaxaca, Veracruz..).

Si tanto molesta (y si nos molesta) que se usen colores partidstas, ¿quién es el machito que se sube a las tribunas del Palacio Legislativo y propone prohibirlo en todos lados, gobiernen o no gobiernen? ¿a ver, quien reforma la NOM de las placas de circulación? ¿qué, a poco es tan difícil?

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