De rol teatral I. Clowns.

Entre el miércoles y el sábado pasados, me dediqué a dar un paseo por algunos de los montajes independientes actualmente en temporada en la ciudad.

En primera, es admirable que, a pesar de los pesares, se esté sintiendo tal movimiento teatral. Hay actualmente seis montajes cumpliendo su ciclo durante mayo, algo impensables hace unos pocos años y de plano inconcebible allá por los ochentas, cuando los grupos teatrales florecían solo durante concursos y muestras y, como los hongos tras las lluvias, luego desparecían.

Lo que aprecio es la voluntad de querer hacer teatro de muchas personas con lo que tienen, tanto en recursos actorales, como escénicos. Hay que valorar el teatro independiente leonés, pero en su propia dimensión. No quiera nadie venir a ver por acá el "Off-Broadway del Bajío", que dudo mucho que exista en algún lado.

Lo que podemos ver, y vale la pena que lo apoyemos, es teatro modesto, casi guerrilla, y con más o menos aire amateur; más o menos aspiraciones y más o menos tino resolutivo en lo escénico. De momento, no me tocó ver una escenificación totalmente redonda, pero de que hay madera, hay madera.

Lo primero que vi fue "Hasta que la muerte nos reuna", un montaje clown orgullosamente hecho en León, dirigido por Israel Araujo, quien algunos ubicarán por uno de los roles secundarios de "Arlequín, servidor de dos amos" y algunos más por su participación en el musical "Pinocho", presentado con Rogelio Guerra el verano pasado en el Doblado. Es un personaje interesante. Técnicamente estudió comunicación en La Salle, pero al igual que Saúl Quintana, ha sabido formarse actoralmente con talleres y grupos de México y Sudamérica.

Me pareció entretenido y bien estructurado; con una óptica adulta sobre el arte del payaso. En contraparte, pienso que su ritmo puede mejorar, sobre todo en los trechos extremos (muy al principio y muy al final).

Lo pueden ver los miércoles, a las 21:00 horas, en Contrapunto.