Altamente significativa fue la mañana del jueves 28, en que se develó la placa por las 100 representaciones de “Un campo”, la más reciente producción del Programa Nacional de Teatro Escolar en León.
Al hecho loable de que un nuevo montaje leonés haya alcanzado la mágica cifra del centenar de funciones (técnicamente 101, contando la de ese día), se debe sumar el elogio que a la misma hizo el director mexicano Ignacio Escárcega como “la mejor que se ha hecho dentro del programa de Teatro Escolar en León” y la presencia de Juan Meliá, quien por primera vez estuvo en un acto en León en su calidad de Coordinador Nacional de Teatro, puesto del que tomó la estafeta dejada por Escárcega.
A estas alturas, está claro que el PNTE es una de las iniciativas culturales que mejor funcionan en León. Es uno de los proyectos que mejor repercuten en la doble vertiente del arte, pues además de ayudar al desarrollo de los artistas, abonan bastante a la formación y sensibilización de públicos.
Sin embargo, Oscar Garduño, director de Los Tiliches del Baúl junto con Laura Madrid, mencionaba que era necesario encontrar vías para más proyectos con estas cualidades, pues aunque hay muchos artistas escénicos con talento en la ciudad, no hay suficientes alternativas para que puedan vivir de su arte, como producciones o programaciones constantes.
“Hay un tope, un nivel al que se llega y que es muy difícil superar”, menciona Garduño en su discurso al plantear el caso de los artistas con trayectoria que, podrán esmerarse bastante, pero llega un momento en que se las tienen que ver con las limitaciones de recursos, la falta de plataformas de difusión y cierta inmadurez de algunos órganos oficiales para atraer apoyos de otras instancias. Algunos terminan por emigrar y otros prácticamente se retiran de los escenarios ante este panorama.
La problemática expuesta por Oscar Garduño no se restringe sólo al teatro. Prácticamente todos los rubros artísticos tienen esas mismas necesidades y lo cierto es que los presupuestos no alcanzan para todo… y menos cuando los recortan (porque ya se sabe que la cultura es cliente favorita de las tijeras contables).
Pero que el trabajo de nuestros artistas sea fomentado, visto y apreciado, depende de muchos. Todos tenemos algo que ver al respecto: los artistas, si ya tienen algo, deben obrar con ingenio para promocionarlo y alcanzar públicos (es sorprendente que casi ningún grupo teatral tenga presencia en la web y eso que es gratis en muchos casos); desde el público debemos interesarnos un poco más, dejarnos llevar por la curiosidad y no esperar a que vayan a avisarnos a nuestra casa de que viene algo interesante (el maldito pretexto de “es que nunca me entero”) y desde las oficinas gubernamentales, hallar alternativas, contactos, vinculaciones.
Por cierto, señores candidatos a alcaldías y diputaciones, ¿ya nos han dicho algo sobre la cultura?
Hay casting
Hablando de coproducciones, el Festival Internacional Cervantino, el Instituto Estatal de la Cultura y el Instituto Cultural de León está convocando a actores y actrices de entre 17 y 40 años, para participar en el montaje “Anatol”, que se presentará en la próxima edición de la “Fiesta del espíritu”.
Las audiciones se realizarán el 8 de junio, en el Teatro Cervantes de Guanajuato a las 15:00 horas, y al día siguiente en el Teatro María Grever, de León, a las 10:00 y 16:00 horas. Experiencia actoral y una semblanza curricular en una cuartilla son necesarios.
A bailar.
¿Se acuerda de Ollintonatiuh? Fue la compañía de danza folclórica que por 17 años dirigió Rosario Zúñiga arropada por la Casa de la Cultura de León y que fue uno de los más destacados grupos de su género en la entidad.
El grupo desapareció hace un par de años, pero ahora renacerá con nuevos aires como agrupación independiente, de la mano de Cinthya Ramírez, hija de doña Rosario Zúñiga. Precisamente andan buscando gente que decida ponerse los botines y zapatear. Los interesados pueden solicitar informes a los correos de Hotmail cinramzu ó ollintonatiuh_leon.
Publicado en A.M. León el 30 de mayo de 2009.
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