Revuelta creativa

Podría llegar a parecer que así como los estudiantes “se pusieron de acuerdo” para incomodar con sus preguntas a los candidatos a la alcaldía, también lo han hecho algunos creadores para mostrar su malestar con la falta de estímulos a su trabajo.

Al discurso de Oscar Garduño realizado en la develación de placa por las 100 funciones del montaje teatral “Un campo”, le siguió unos días después la carta del escritor Gilberto Guerra anunciando que su grupo, el Círculo de Escritores Leoneses, no se presentaría en la Feria Nacional del Libro, en protesta por las políticas editoriales del Instituto Cultural de León.

Y bueno, aunque no lo han hecho público, hay más de algún grupo teatral funcionando por su cuenta que también lamenta que no reciban de algún modo una ayudadita de las instituciones oficiales.

Pero no hay en esto ningún movimiento insurgente o alianza revolucionara. Simplemente han coincidido dos expresiones de incomodidad, que convendría evaluar con sus todos sus matices.

Aquí y en China, siempre habrá creadores que piensen que su trabajo y necesidades sobrepasan las capacidades de las instituciones oficiales. Más porque el mundo oficial y la esfera de creadores se mueven a ritmos diferentes y tienen protocolos muchas veces contrapuestos. Es el mundo de la intuición contra el de las reglas; el de la inspiración contra el de la formalidad y los protocolos.

Por ponerlo de alguna manera. Si un músico independiente necesita un micrófono, simplemente va y lo compra. Pero si lo quisiera pedir al gobierno, tendría que justificarlo y luego pasarlo por un aparato administrativo que andaría pidiendo cotizaciones en varias tiendas, buscando crédito y finalmente imponiendo ciertas reglas para facturarlo y entregarlo. Es largo y tortuoso, sí, pero así se hace con los recursos públicos.

Llama la atención que estos dos señalamientos surjan, por un lado, al culminar una de las temporadas de Teatro Escolar (que es precisamente uno de los territorios en que más recursos se canalizan a creadores escénicos locales) y por el otro, a poco tiempo de haberse dado a conocer los resultados de las becas otorgadas por el ICL, las cuales incluyen proyectos de publicación. No hay mucho para acusar a este organismo de no estar haciendo nada.

Que podría hacer más, tal vez sí, pero eso implica que los creadores pasen de la simple expresión de la inconformidad a hacer un trabajo más político. Y eso requiere, en primera, que se organicen y hagan frente común. Hay que ir a las fuentes de los recursos públicos a nivel local, al Ayuntamiento o al Congreso, por ejemplo. O en esta época de elecciones, hay que aparecérsele en el camino a los candidatos. Hay que ser más industria cultural y menos bohemios “por amor al arte”.

Pero sobre todo, hay que hacer propuestas serias. Puede sorprenderle cuantas solicitudes de beca están mal formuladas, cuantos proyectos se presentan con ambigüedades e inexactitudes. La verdad es que la profesionalización artística es una asignatura que ha avanzado en nuestra ciudad, pero aún no se consolida como para que la mayoría de los creadores artísticos vivan de su trabajo.

Hay que pedir todo el apoyo que se pueda, sí; pero también debemos ser realistas y no olvidar que en un ecosistema cultural, tan valioso es crecer al cobijo de una institución, como florecer independientemente. Y hay formas, sólo hay que saber buscarlas y aprender a vincularse olvidando los individualismos.

A cantar
Este sábado 6, los Coros del Valle de Señora ofrecerán un concierto en la Biblioteca Antonio Torres Gómez, con motivo del 13º aniversario de este noble espacio independiente dedicado a fomentar la lectura.

Vale recordar que están abiertas las audiciones para que niñas y niños, a partir de los siete años de edad, se integren al coro. Estas se realizarán los jueves, de 16:30 a 18:00 horas y los sábados, de 11:00 a 13:00 horas, en la sede de los Coros del Valle de Señora (Juan Valle 104, Centro, a un costado de la Biblioteca Torres Gómez).

Publicado en A.M. León el 6 de junio de 2009.