Gracias a las prerrogativas obtenidas por sus muy oportunas alianzas anteriores con el PAN y el PRI, el Partido Verde Ecologista de México goza hoy en día de una capacidad de exposición mediática importante.
Por ello, es que desde incluso antes de que arrancara formalmente la actual temporada de campañas políticas, el PVEM comenzó a saturarnos con anuncios con sus brillantísimas propuestas de que el gobierno "te lo pague" (educación y medicinas) y el asunto de la pena de muerte.
Lo confieso. Me parecían tan ridículos los anuncios con tales ocurrencias, que pensé que nadie los tomaría en serio. Ni siquiera pensé que valiera la pena ponerse a escribir al respecto. Pero, ocurre que ahí voy, con la familia, una tarde de domingo, a ver "Up: una aventura de altura", con el ánimo de quien va a ver una película animada, tierna, light.
Y he ahí que, en la tanda de anuncios previos a la función, sale la señorita Maité Perroni, ahora embajadora de los verdes, con su carita de niña linda, en medio de un fondo verde con florecitas, recitando las propuestas del partido. La escena era tan almibarada, tan "cutie", que pensé que no se iba a atrever a decir lo de la "pena de muerte". ¡pero lo dijo! Ahí, en frente de decenas de estupefactos padres con sus hijitos.
Con la cara de idiota que te quedaría si ves correr a un tigre bermellón montado por un kiwi en medio del López Mateos. Así me quedé con tal anuncio. Agradecí no llevar palomitas, porque seguro se me atoran.
Ahora veo, pasmado, que la estrategia de jugar con el rencor, la impotencia y el coraje de los mexicanos le anda dando resultados al PVEM. Pues una encuesta presagia que la empresa familiar de los González Torres conseguirá 2.5 millones de votos en las próximas elecciones.
El propio PVEM es una broma en sí misma, repudiada por los partidos verdes de otros países. Lo cruel del asunto es que han jugado bien sus cartas en términos de marketing. Es totalmente cuestionable, anti ético e irracional su discurso, pero claro, cala en el ánimo de la gente de a pie, esa que no tiene mucho tiempo (ni lana) para leer y desarrollar una mentalidad crítica.
Claro, el Verde no se mete en honduras de querer profesionalizar a maestros (ni lidiar con Elba Esther) para que mejore la educación; ni de arreglar el asunto de las finanzas quebradas del IMSS para que cese su desabasto de medicinas. No, por Dios. Esas son tareas para políticos de verdad. Ellos sólo son mercaderes.
Tampoco le interesa la opinión de organismos internacionales y le vale gorro las airadas defensas que ha hecho México para que connacionales convictos de homicidio no fueran ejecutados en Estados Unidos.
Ellos van por los votos que les aseguren ser bendecidos con el dinero público hasta las siguientes elecciones. Después de eso, ya otra cosa se les ocurrirá y volverán a importunarnos cuando queramos ver una película animada y enjaretarnos a los padres la tarea odiosa de explicar a un niñito preguntón qué es "pena de muerte".
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