junio 08, 2009

Cuando los políticos meten la cuchara

Si hubiera estado tomando café, una noticia que me hubiera hecho arrojarlo por la boca hubiera sido, sin duda, la ocurrencia del senador Ricardo Torres Origel de "guanajuatizar" el Festival Internacional Cervantino, para que el máximo festival artístico del país se organice desde Guanajuato.

No me queda claro a qué se refiere el senador con que "se organice desde Guanajuato". ¿Le hacemos mudanza al equipo completo de Lidia Camacho a Guanajuato todo el año? ¿O se refiere a que planeación, dirección y logística sea manejada por el Instituto Estatal de la Cultura o el municipio de Guanajuato?

Lo primero es poco práctico, por la gran cantidad de trámites internacionales que demanda el FIC. Embajadas, consulados y agencias aduanales nos quedan un poco lejos en Guanajuato y eso ralentizaría los trabajos de planeación. Lo segundo es un vacilada de campeonato, por presupuesto y por criterio.

El FIC por sí solo maneja un presupuesto de más de 60 millones de pesos. Eso equivale a lo que gastará el Instituto Estatal de la Cultura ¡en todo su programa artístico del año y la primera etapa del Teatro de Irapuato! (30 millones por cada una de esas asignaturas). Si queremos "el control", pues tendríamos que pagarlo, ¿no?

En segunda, ¿con qué gente? El FIC no se hace en tres meses. Su equipo trabaja todo el año, así que no hay de que se puede transferir todo su trabajo a los organismos locales ¿pues luego cómo atenderían lo demás? Además, si ya sufrimos para encontrar personal debidamente preparado para cubrir la administración cultural local, ahora resulta que de buenas a primera vamos a tener un "dream team" muy guanajuatense para echarse a la uña el trompo de uno de los mayores festivales de Iberoamérica. En fin, que me expliquen, ¿qué gana el Festival con una propuesta así?

De veras que cuando los políticos por fin se acuerdan de la cultura es nomás para hacer el "oso". Don Ricardo. Si no está roto, no lo quiera componer.

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