Mi primer jueves de Cervantino fue sinfónico y dancístico. La jornada empezó en el Templo de la Compañía, donde se presentó la Orquesta Filarmónica de Zacatecas, con José Luis Castillo como director huésped.
No sé qué es lo que nos debe calar más a los guanajuatenses, si que Castillo haya dejado la OSUG o que ahora sea todavía mejor director que antes (ya hasta se ganó por segundo año el galardón de la Asociación Mexicana de Críticos de Música y Teatro). Me gustó mucho el concierto, tanto por lo bien que sonó la orquesta (reflejo de ese minucioso trabajo de armado que tanto cuida Castillo), como por el programa, que relució esas espíritu de búsqueda, rescate y apuesta que ya no tiene nuestra orquesta.
Para el anecdotario la falla de iluminación del final, que nos dio la oportunidad de ver al Castillo como conferencista emergente.
Por la noche, tuve mi primera dosis de Factor Wow en el Auditorio del Estado, gracias a los brasileños de Grupo Corpo, que presentaron las coreografías Parabelo y Onqotô. Fue un verdadero agasajo, tanto por la espectacularidad dancística y el impresionante trabajo corporal de toda la compañía, como por el concepto de unidad y las referencias al ser y esencia brasileños, con una música preciosa de Caetano Veloso y Tom Zé.
Ambas coreografías compartían el mismo lenguaje, aunque Onqotô era más física y arrebatada, mientras que Parabelo era más serena, aunque festiva. Salí más que contento y lamentando no llevar dinero para haberme comprado el CD de la banda sonora.
Joselómetro al día
1. Grupo Corpo
2. Orquesta Filarmónica de Zacatecas
3. Theatre Sans Fil
Foto | Cortesía: FIC
octubre 17, 2009
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1 comentario:
Luis, se extraña a José Luis Castillo, pero él también cometió varios errores, entre ellos la soberbia y habérsele puesto al tú por tú nada menos y nada más que con la mujer más poderosa de la "cultura" universitaria. Ya es tiempo de sacar a esa mujer de ahí, ojalá que la prensa pudiera ayudar.
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