octubre 17, 2009

Cervantino. Día 3

La jornada del viernes 16 fue eminentemente teatral. La primera parada fue el Teatro Principal, donde la compañía chilena Teatrocinema, dirigida por Juan Carlos Zagal presentó Sin sangre, montaje inspirado por la novela homónima del escritor italiano Alessandro Barico.

El rollo de los chilenos, mismos creadores de la célebre compañía La Troppa, es fusionar los lenguajes de la cinematografía y el teatro en una sola experiencia inmersiva. En la parte visual el espectáculo es impresionante. Su manejo de las proyecciones de video sincronizadas con la acción en vivo parece cosa de brujería y logran efectos muy poderosos al jugar con la simultaneidad de planos o con el cambio de “encuadre”. Sin embargo, el tono de la actuación me pareció algo chocante (todos los personajes muy caricaturizados) y hubo un evidente engolosinamiento con los recursos visuales.

Sufrí un poco como espectador, porque a mi lado había un reportero de una revista nacional, harto impresionable, que no dejaba de exclamar: “No mames”, “Qué chingón” en cada secuencia proyectada.

Cerré la noche en el Teatro Juárez, en la primera función de “Cena de Reyes”, el curioso espectáculo montado por Teatro de Babel y debut como dramaturgo de Nicolás Alvarado, quien adaptó muy libremente el famoso cuento “La cena”, de Alfonso Reyes.

Fue deleitante y casi surreal ver a ¡Rafael Inclán! haciendo un papel más que decoroso en el Teatro Juárez. Bueno, el hombre es un excelente actor. No tiene la culpa de que quienes más chamba le dieron en los 70’s fueran los productores de películas de ficheras.

El espectáculo tuvo sus ratos simpáticos y pretendía ser una experiencia multisensorial, pues implicaba estar oliendo una plantilla con aromas para escenas selectas y probar unos bocados de la supuesta cena que se servía en el escenario, pero le faltó más redondez.

Joselómetro al día
1. Grupo Corpo
2. Teatrocinema
3. Orquesta Filarmónica de Zacatecas
4. Teatro de Babel
5. Theatre Sans Fil

Foto | Cortesía: FIC

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