Sucedió en la Ciudad de México, se anunció en Santander (España), pero se sintió mucho aquí. La muerte de don Eulalio Ferrer marca sin duda uno de los duelos más significativos para la cultura guanajuatense.
Hombre notable y generoso, Ferrer hizo una contribución importante a la identidad cervantina que ostenta Guanajuato capital, gracias a la creación del Museo Iconográfico del Quijote, al que donó en vida su imponente colección de piezas artísticas, libros y objetos ligados al personaje inmortal creado por Miguel de Cervantes.
Como si esa huella en Guanajuato, que incluye también al Centro de Estudios Cervantinos, no fuera suficiente, lideró también la Fundación Cervantina de México, bajo cuyos auspicios se realiza cada año el Coloquio Cervantino Internacional, que ha traído a Cuévano a importantes figuras del ámbito académico y literario hispanoamericano.
No por nada, en el memorial realizado en el Museo Iconográfico del Quijote hace un par de días, su director, Alfonso Alcocer, recordó la puntual descripción que Homero Aridjis le dedicó a su amigo: “Cuando don Eulalio Ferrer muera, le preguntarán en el cielo ¿quieres conocer a San Pedro? Él contestará, no, quiero conocer a Don Quijote. Y cuando le preguntaran: ¿quieres conocer el paraíso? don Eulalio contestará, no, quiero volver a Guanajuato”.
Descanse en paz, este gran compañero de viaje de Don Quijote.
Hay que aportar
Los lectores de estas páginas ya han de estar al tanto de la existencia y empeños de la asociación civil leonesa Música, Esperanza de Vida, que desde principios de año comenzó con el proyecto de una orquesta infantil, integrada por niños de comunidades rurales de la zona de Santa Ana del Conde.
Un gran y silencioso trabajo ha hecho hasta ahora la asociación, estableciendo una escuela de música que atiende gratuitamente a 180 niños, pero ha llegado el momento en que el sueño de integrar una orquesta, siguiendo el ejemplar modelo venezolano del Sistema Nacional de Orquesta Juveniles e Infantiles, necesita de la participación de más personas.
Hace tres semanas, Música Esperanza de Vida inició una campaña de recaudación de fondos para equipar a la naciente orquesta. Y bueno, no ha tenido un mal arranque (40 atriles, 4 violas, 2 violines y 1 corno recibidos desde entonces), pero es necesario apretar el paso.
Son tiempos difíciles es cierto, pero un proyecto tan noble como este amerita una poco más de buena voluntad. Tal vez a la mayoría de los mortales, nos alcanza sólo para donar un atril (cerca de 500 pesos), pero hay, y vaya que sí, más de un industrial que se gasta 3 mil 500 pesos en una cena y mucho más en una escapada a Las Vegas, suficientes para comprar desde un trombón hasta una flauta.
Solemos hablar maravillas de instituciones y agrupaciones foráneas, pero se nos olvida que buena parte de su grandeza se debe al mecenazgo de la sociedad. Ese es un rasgo que nos queda por desarrollar, pues se nos ha adormecido de tanto pensar que es el gobierno quien debe de mantenernos a todos. Y no. Los gobiernos van y vienen, cambian de uno y de otro color. Lo que permanecen son los sueños de los ciudadanos y son ellos los mejores guardianes de las cosas trascendentes.
Anímese, por favor, y dentro de sus posibilidades apoye a Música Esperanza de Vida. Échele una llamada a Monserrat Lira al 710-4020. Ella le dirá qué onda.
Ni tan ociosos
Solemos pensar que al acercarse la Semana Santa, comienzan a escasear las ofertas culturales y de entretenimiento. Parece que va siendo hora de cambiar ese chip.
Además de las actividades propias de este período, englobadas en el programa Vive la Pasión en León, tenemos en Guanajuato capital la Feria del Libro y Festival Cultural Universitario, que arrancan este lunes, con un cartel que desquita la vuelta a la ciudad de los túneles y callejones.
También hay que apuntar en la agenda la inauguración inminente de la exposición de Rodin y Dalí en el Museo de Arte e Historia de Guanajuato y el primer Festival Nacional de Teatro para Niños, que el Teatrito de La Rana estará ofreciendo del 1 al 8 de abril. ¿Hay o no hay?
Publicado en A.M. León el 28 de marzo de 2009.
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