Ahorita no va a encontrar a nadie, pero si preguntara en las oficinas del Festival Internacional Cervantino quién es el jefe, la respuesta sería que Gerardo Kleinburg, pero si busca un poco por afuera, la cosa ya no es tan segura.
Desde el fin de semana pasada comenzó a circular el rumor de que el reconocido escritor, crítico musical y promotor cultural dejaría la dirección general del festival, como parte de los reacomodos en el organigrama tras la llegada de Consuelo Sáizar al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
El hecho de que se haya atravesado la Semana Santa parece haber brindado espacio para que el rumor crezca, pero no para que sea haya consumado. Kleinburg ha dicho a un diario nacional que no entiende de dónde salió tal cosa y que él sigue trabajando como siempre y que de hecho, el programa de la edición de este año está casi cerrado.
Para completar la emisión de radiopasillo, los “pajaritos” ya tienen también el nombre de la sustituta de Kleinburg, la actual directora de la Fonoteca Nacional, Lidia Camacho, una mujer de larga trayectoria en la radio pero que a muchas personas, como al experimentado crítico teatral Fernando de Ita, les cuesta visualizar como responsable de un festival artístico multidisciplinario.
Quizá hasta que sea un hecho consumado, sea oportuno hacer un balance de la gestión de Kleinburg en el FIC, instancia que, por otro lado, desde Ramiro Osorio no ha tenido a un director que dure más de dos ediciones, lo que indudablemente impide el desarrollo de una personalidad distintiva para el festival, algo a lo que sí estaba abonando de buen modo el ex director de la Compañía Nacional de Opera, al que seguro le querrán cobrar, quizá injustamente, la factura de ser cercano amigo de Sergio Vela.
El nombramiento del director del FIC no es tan simple, pues además de la voluntad del titular de Conaculta, se requiere del consenso de los integrantes de la junta directiva del festival, en la que también participan el gobernador del estado, el alcalde y el rector de la Universidad de Guanajuato, así que la última palabra puede no estar dicha.
Tras la reciente renuncia de María Teresa Franco al Instituto Nacional de Bellas Artes, el posible relevo de Kleinburg se perfila como uno de los cambios más notorios del aparato cultural federal. Habrá que estar muy al pendiente de si la anunciada llegada al INBA de Teresa Vicencio Tovar (hasta ahora directora del Centro Cultural Tijuana) no se traduce en cambios dentro de esa institución, recordando que el leonés Juan Meliá Huerta apenas cumpliría dos meses como coordinador nacional de teatro.
Títeres que no volvieron
El pasado fin de semana concluyó en la Ciudad de México el 7º Festival Internacional Titerías, que organizado por Lourdes Pérez Gay y la compañía Marionetas de la Esquina, recibió a 11 compañías de México, España, Estados Unidos y Perú.
¿Qué tiene eso que ver con nosotros? Bueno, que hasta el 2006, ese festival había tenido como sede la ciudad de Guanajuato, pero debió emigrar porque, tras el cambio de mando en el gobierno estatal, no fue posible ofrecerle apoyo financiero oficial para que continuara en Cuévano.
En su momento, el Instituto Estatal de la Cultura había expresado la intención de estudiar la posibilidad de que el festival regresara para el 2008, pero como vemos, eso no sucedió. Es una pena porque Titerías no sólo aportaba una estupenda dosis de espectáculos para niños, sino porque también se había convertido en un espacio para la actualización y capacitación de titiriteros profesionales.
Afortunadamente, iniciativas cultivadas desde la esfera independiente, como el Festival de Títeres de San Miguel de Allende o la recién concluido Festival Nacional de Teatro Infantil, impulsado por la compañía leonesa La Rana, se han encargado de mantener viva la antorcha del arte de los títeres. Ojalá gobierno y sociedad civil podamos hacer una aportación más para engrandecer estos festivales y arraigarlos en Guanajuato.
Por lo pronto, dese una vuelta en Pascua al Forum Cultural Guanajuato, que recibe a cuatro compañías del festival allendense.
Publicado en A.M. León el 11 de abril de 2009.
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