Mejor de lo que nos hubiéramos imaginado. Así es como le fue a las dos producciones leonesas que el fin de semana pasado participaron en la 28ª Muestra Nacional de Teatro en Zacatecas, misma que hoy llega a su fin.
Luna Negra cosechó elogios con la función inaugural del evento, su divertidísima y bien montada versión de “Arlequín, servidor de dos amos”, que logró conmover al mismísimo José Solé, fundador de la Compañía Nacional de Teatro y decano de los directores mexicanos en la actualidad.
Hasta don Francisco Beverido, todo un personaje del que se dice que alguna vez se salió de un teatro vociferando que lo que estaba viendo era una porquería, no tuvo más que palabras elogiosas para el trabajo de Javier Avilés. ¡Hombre! hasta la severísima Olga Harmony le halló lo bonito al vestuario, lo ágil a la representación y lo inteligente a la escenografía. La única voz discordante fue la de Gonzalo Valdés Medellín, el ácido crítico de El Universal, al que no le hizo nada de gracia que la pieza de Goldoni abriera la muestra.
En el caso de “Desiertos en el paraíso”, el montaje llevado por Trayecto a Zacatecas, debido a las peculiaridades de la escenificación (sólo 12 espectadores por función), era más difícil hallar una oleada de entusiasmo, pero a decir de los actores y de los comentarios del público que esperaba pacientemente a la entrada, el resultado también fue muy destacado, sobre todo en lo que respecta al eficiente trabajo actoral.
Si hay algún momento para estar orgullosos del teatro hecho en León, es ahora. Con todo y sus carencias, sus pequeñas disputas entre ghettos, sus terquedades y lo que sea, la presencia leonesa en la Muestra Nacional de Teatro no nos hará decir disparates como “El arte escénico leonés se ha bañado de gloria”, pero sí nos deja constancia de que el esfuerzo de los teatreros locales no está tan desencaminado respecto a lo que pasa en el resto del país.
Recursos y no talento, son ahora la diferencia.
A lo mejor tres
Pudieron haber sido tres y no dos los montajes que León ofreció en la Muestra Nacional de Teatro. De no haberse interpuesto un meollo burocrático que impidió que una de las compañías más activas de la ciudad obtuviera la anuencia de la Sociedad General de Escritores para inscribir a uno de sus montajes en la convocatoria.
La MNT exige a las compañías que se inscriben para selección, que tengan el permiso escrito del autor o la autorización de la SOGEM para poder presentar su trabajo. Armando Holzer no batalló nada porque Néstor Caballero (el autor de “Desiertos en el paraíso”) es su amigo personal y Luna Negra tenía resuelto el trámite por las formalidades del Programa Nacional de Teatro Escolar.
Pero esta compañía local no tuvo suerte, porque en SOGEM prácticamente la ningunearon por ser de provincia. Deje usted que le hayan rechazado la solicitud ¡Ni siquiera les quisieron dar informes!
Habrá que preguntarle a Víctor Hugo Rascón Banda, presidente de esta sociedad autoral y que seguido viene a Guanajuato, si la SOGEM le da facilidades nomás a las compañías del D.F. que van a ofrecer temporada de mínimo cien funciones con boletos de 200 pesos para arriba.
Es paradójico que se clame a los cuatro vientos que hay que hacer las cosas “derecho con los derechos” y a la mera hora, se mida con distinta vara. Qué sabios son, entonces, esos grupos que escriben sus propias obras.
Un invitado más
La temporada Otoño de Títeres, que organiza el foro La Rana tiene un “pilón” de lujo. La compañía española Teatro Arbolé, ha confirmado su participación para los días 5 y 6 de diciembre, aprovechando que andarán en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Arbolé empezó sus pasos como La Rana, como una compañía pequeñita en Zaragoza, pero es ahora uno de los grupos más importantes de España, con más de 7 mil funciones ofrecidas y 500 ciudades visitadas en tres continentes. Será un gusto verlos por aquí.
Y sigue Luna Negra
Luna Negra repetirá en el Programa Nacional de Teatro Escolar. Su producción para el 2008 será “El ogrito”, de la canadiense Suzanne Lebeau. Seguiremos informando.
Publicado en A.M. León el 24 de noviembre de 2007.
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