Yo no estuve muy al tanto porque, bendito Dios y el cable, estoy liberado del yugo de la televisón abierta, pero me di cuenta por la prensa, del caso del juez argentino de un programa de baile que dijo que "los mexicanos eran los más feos del mundo".
Y claro, como pasó con Tiziano Ferro y las bigotonas, ahí va la ola de indignación nacional por este atentado a la patria. A mi me causa más flojera la reacción de los "ofendidos" que las declaraciones de un fulanito que en la vida he sabido de su existencia. Lo peor es que, no sé donde, alguien tuvo la brillante idea de considerar que "todo es un complot" contra México al ligar estas declaraciones con lo de Tiziano y lo de los australianos pintarrajeando la bandera.
¿Tan chiquito está nuestro nacionalismo? Que flojera de cosas. Lo patético es cómo nos hacemos los ofendidos cuando un extranjero dice cosas que nosotros mismos pensamos: claro que los mexicanos son feos y sólo los bonitos están en la tele. ¿Qué le vamos a hacer? Somos muchos y somos mestizos, lo cual estadísticamente hace que la mayoría de nosotros nos salgamos de los cánones tradicionales de la belleza. No hay más que subirse al Optibús para constatarlo. Tenemos genes indígenas, y en vez de hacerlo motivo de orgullo, como lo han hecho los afroamericanos, lo consideramos un trauma y desventaja.
Creo que nos debería enojar más (y no lo hace), no que un argentino venga a decir que los mexicanos son feos, sino que el cadenero del antro no deje pasar a alguien porque es moreno; que los policías detengan en la calle a un chavo nomás porque se viste de cholo o que en cualquier empresa tengas por seguro que van a contratar a la secretaria delgadita y mona sobre la cuarentona capacitada. ¿Por qué diablos nos asustamos de ver en alguien más la discriminación que nosotros mismos practicamos?
Ahora, el señor Lafuci, dijo lo que dijo, me parece que fuera del aire y con el explícito "no lo saques" (es decir, off the record, no para hacerse público). Fue una declaración privada, de la misma manera que nosotros en privado decimos que los gringos son ignorantes, las alemanas frías y los franceses sucios.
Podría decir más, pero, deveras que es de flojera, y además, mi cartonista favorito, Paco Calderón, ya lo dijo mucho mejor en su cartón Lesa Identidad.
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