¿Rumbo a Primera?

Con bombo y platillo arrancó la liguilla de la división segundona del fútbol mexicano (Yo no me trago el eufemismo de Primera División A). El León terminó como líder del torneo regular, pero de ahí a que ya lo anden considerando, como lo consideran tantos, con un pie en la Primera división de verdad, hay mucho trecho.

En primera y contra toda lógica, por el sistema de competencia tan peculiar de México, ser el equipo con más puntos en el torneo no te hace campeón. Tienes que pasar a una Liguilla, que es esencialmente otro torneo, donde muchísimas veces los papeles se revierten y los patos terminan tirándole a las escopetas. Me parece que es más meritorio haber sido consistente en 20 partidos, que en 8.

En segunda, ya sabemos que el León tiene una facilidad tremenda para quebrarse, fallar, regarla, equivocarse, sabotearse, flaquear y mandar todo al diablo justo en el partido más importante. Como esas computadoras que se vuelven lentas y rebeldes justo el día de la fecha de cierre de una publicación y al día siguiente, están como si nada.

Y en tercera. Ni aún ganando el campeonato de este Torneo de Apertura (ridiculez más, si es el que se desarrolla en la última mitad del año, ¿por qué es de apertura?), tiene asegurado su pase a la Primera. Tendría, por todo caso, volver a quedar campeón en el que sigue o, ganarle al que lo sea.

Así, pues, nada de Rumbo a Primera, que aún falta mucho para eso.