Esto que ven aquí se llama Kindle, es un aparatito recién puesto a la venta por Amazon en Estados Unidos y que es el más reciente esfuerzo por crear un libro electrónico. Este se puede conectar a Internet a través de la red de telefonía celular y descargar contenidos diversos: desde best sellers hasta el diario del día.
Práctico sin duda en cuanto a la portabilidad y capacidad de tener muchas “páginas” en algo que cabe en la mano.
Yo, no es que sea neófobo, pero sigo prefiriendo los libros en papel. Hubo en tiempo en que descargaba libros electrónicos de El Aleph a mi Palm, pero no es algo demasiado estimulante. No se compara la definición y contraste que tiene la letra impresa sobre el papel, con los píxeles de la pantalla (aunque se dice que el efecto "tinta electrónica" del Kindle lo emula con creces); además los libros electrónicos no ofrecen la primera recompensa que me dan los libros impresos recién comprados: el aroma de sus páginas (y no, no soy el único que los huele).
Lo que sí me gusta leer y conservar electrónicamente son los boletines, dossieres y demás documentos de uso estrictamente profesional. Nunca me ha gustado tener montones de papeles en mi escritorio y tenerlos en una carpeta dela computadora es para mí cien veces más práctico. Además es como criminal gastar una hoja de papel, producto de algún árbol canadiense, sólo para anunciar una rueda de prensa de esas convocadas por gente que no conoce el significado de “noticiabilidad”.
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