Medio morbo, medio encuesta y medio perpetuación del prejuicio de que las mujeres bonitas son tontas, El Universal puso a preguntarle a las edecanes de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara cuáles eran sus lecturas predilectas.
Hay de todo: desde las clásicas despistadas que leen a Carlos Cauhtémoc Sánchez o Paulo Coelho (aclaro, no son de la misma liga), hasta la que prefiere los libros de física o los de psicología. Es simpático que la que atiende el stand de Babelia, el suplementazo cultural de El País (reverencias, reverencias), muestre predilección por la superación personal.
Las edecanes de la FIL, pues, leen prácticamente lo mismo que cualquier hijo de vecino. Ni más ni menos. ¿Qué dijeron? ¿Este va a decir que "lástima de carita"? No, la verdad no. A mi de hecho me irrita la sección de preguntas y respuestas de los concursos de belleza, como si la chica de la pasarela quisiera disculparse por ser bonita y tenga, a fuerza, que demostrar que también es inteligente.
Yo creo que el binomio belleza-inteligencia viene en todas las combinaciones posibles. Ni todas las bonitas son tontas, ni todas las listas son feas. Y lo mismo aplica para los varones.
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