El equipo León jamás decepciona a los que no creemos en él. Ya que las circunstancias me han brindado la inestimable oportunidad de ejercer el insano placer de decir "Se los dije", repito estas líneas de un post del 30 de noviembre.
(...) Ya sabemos que el León tiene una facilidad tremenda para quebrarse, fallar, regarla, equivocarse, sabotearse, flaquear y mandar todo al diablo justo en el partido más importante. Como esas computadoras que se vuelven lentas y rebeldes justo el día de la fecha de cierre de una publicación y al día siguiente, están como si nada.
Sólo eso. Qué bueno que ya ni por accidente escucho los programas en los que participa Tito Manrríquez, que seguro fue todo un espectáculo dantesco.
Ni modo León. Ahí para la otra y si no, para la otra, y si no, para la otra, y si no, para la otra y si no...
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