diciembre 10, 2007

Lorca hardcore

El miércoles me divertí mucho con el espectáculo que el grupo Arbolé de España ofreció en el Foro de Títeres La Rana.

Iñaqui Juárez, director único manipulador en esta ocasión, ofreció dos espectáculos: uno de títeres de cachiporra (ya saben, ese cuyo clímax narrativo es la hora de los garrotazos entre los protagonistas) y otro que me resulto especialmente fascinante: un bululú llamado "Tragedias de amor y cuernos".

Un bululú era un comediante ambulante que solía ofrecer su espectáculo por unas cuantas monedas en tabernas y otros lugares de mala muerte (especialmente en Galicia), empleando muñecos y haciendo de su capa un teatrino. Obvio que para entretener a tan selecta concurrencia, las temáticas y lenguaje eran muy truculentos y libertinos.

Un grato descubrimiento para mí fue "El retablillo de Don Cristóbal", de Federico García Lorca y basado, según dice el poeta, en esos espectáculos de títeres populares que le tocó ver. Es una obra muy corrosiva, delirante y absurda (eso es, divertidísima), que por su temática y desarrollo bien podría ser lo que hubiera hecho Quentin Tarantino si se hubiera dedicado a los títeres.

Además, tiene líneas como esta:

Yo soy la madre de doña Rosita
y quiero que se case,
porque ya tiene dos pechitos
como dos naranjitas
y un culito
como un quesito,
y una urraquita
que le canta y le grita.
Y es lo que digo yo:
le hace falta un marido,
y si fuera posible, dos.
Ja,ja,ja,ja,ja.

Y uno que creía que Lorca nomás hacía cosas como "El Romancero gitano". Vaya que estaba sintonizado con el alma popular. Es fácil encontrar en la web el libreto de esta pequeña pieza para títeres, si quieren conocer otro lado del gran poeta granadino.

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