
Como pueden ver, esa correspondencia llegó a la oficina postal que corresponde a la colonia donde está ubicado el periódico el 15 de septiembre, sin embargo me llegó a mí ¡Tres semanas después! a pesar de que, como se puede ver, la oficina postal es la de la Central Camionera, ¡que está a no más de cinco cuadras de las oficinas de A.M.!
Ya me había sucedió antes con correspondencia que llega de España que, por los matasellos, veo que cruza el Atlántico en una semana, pero se tarda casi un mes en pasar de la oficina central de Correos en México a mi escritorio.
Le creo a Purificación Carpynteiro, ex jefa de Correos, cuando dice que los carteros son verdaderos héroes dados los recursos limitados con que cuentan, pero supongo que ahora que andan estrenando imagen, también les vendría bien una pulidita en la organización. No me urge que me llegue la cartelera del Esplanade (pero sí ganar lo suficiente para darme una escapada a Singapur, je!), pero supongo que habrá a quien le pase esto con cosas más delicadas.
1 comentario:
Tienes razón, Luis. El servicio de Correos en México es muy infeciente. Si algo me sorprende de este país, España, es precisamente el buen servicio que tiene Correos, y lo más curioso es que aún con el uso del Internet, acá la correpondencia física no ha disminuido. De hecho Correos es una entidad que participa mucho en actividades culturales o de otro tipo, lo cual habla de que no sólo presta servicio de envíos, sino que también tiene otras misiones.
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