noviembre 30, 2006

Ya salió Indice 5.

Indice, la guía del ocio en la ciudad, comenzará a mover su número 5 a partir de este fin de semana.

Para quienes no lo sepan, es una publicación gratuita orquestada por Simbology, el changarro de mi señora esposa. En este número está una guía con todas las actividades artísticas de la temporada navideña, desde la pastorela "En el portal de Belén" hasta el concierto de Susana Harp en el CCG.

Me mandan decir a los potenciales patrocinadores que les recuerde que la revista de 10 mil ejemplares vuela en todos los puntos de distribución, ahí nomás para que se acuerden cuando hagan sus presupuestos de medios.

noviembre 29, 2006

Diputados al grito de guerra

Ahora los diputados panistas no se dejaron y madrugaron al PRD tomando la tribuna del Congreso previo a la toma de protesta de Felipe Calderón.

El asunto tiene su lado divertido, es toda una comedia propia de los hermanos Marx o de los Keystone Cops, ver a trajeados legisladores fajándose como preparatorianos de algún barrio popular. También a mi me causa mucha gracia que a los PRD les estén dando una sopa de su propio chocolate y ahora anden diciendo "que es una provocación".

Pero el 80% de los lados es bastante penoso. Es deprimente ver el nivel de nuestra política y la incapacidad de nuestros gobernantes y legisladores para entenderse, negociar y llegar a acuerdos de beneficio colectivo.

Ya no entiendo a que anda jugando el PRD. ¿Que "tenemos la orden del partido de no permitir la toma de posesión del presidente espurio"? Pues en la misma elección de Felipe Calderón salieron electos todos los actuales legisladores, ergo, igual de espurios tendrían que ser.

Ya es mucha clavadez eso del "presidente espurio". Es con el que van a trabajar seis años. Ni modo. Ya era hora de que lo superaran y más, después de que la encuestadora oficial de López Obrador, en un encuentro especializado, confesara que dejaron de hacer públicos sus resultados en abril porque las tendencias se cerraron a un empate técnico. ¿Y los 10 puntos de ventaja que el "presidente legítimo" dice que le robaron? ¡No! ¿Era otra de sus alucinaciones?

noviembre 27, 2006

Que se murió Raúl Velasco

En realidad, comenzó a morir cuando dejó de transmitirse "Siempre en Domingo" y empezó a desmontarse el monstruoso entarimado en el que, cual Citizen Kane, moldeó el gusto musical de todo un continente; se convirtió en "gatekeeper" de qué artista se iba a hacer popular y cuál se perdía en el limbo. No sólo por "Siempre en Domingo", sino porque TODOS los programas musicales de Televisa estaban bajo su dominio.

Velasco fue parte de toda una época, de la televisión de las figuras hegemónicas (él, Jacobo Zabludowski, Chespirito y, como único superviviente, Chabelo), un árbol inmenso bajo cuya sombra nada más podía crecer. Fue la televisón que, nos gustara o no, teníamos que ver todos.

A mi, el Velasco en su esplendor me tocó en la infancia. Siempre consideré una tiranía no poder ver absolutamente nada más que a una bola de cantantes que no me gustaban en las tardes de domingo. Quizá por ello deba agradecerle mis salidas a pasear en bicicleta en ese día-hora, o mi angustiosa espera por el señor que vendía fruta picada y garbanzos con mucha salsa Maga y limón, en los que gastaba buena parte de mi domingo (mesada, pues).

De Velasco me impresiona su encumbramiento viniendo de muy abajo y su arrastre popular; pero sin ser abiertamente un villano, me parece una figura muy cuestionable. Es curioso que se haya ido de la televisión con medio mundo en contra, y ahora, que ha muerto, casi lo beatifiquen.

Su muerte, parece haber sido planeada cuidadodamente como esos masivos de Siempre en Domingo: cayó en domingo y en el día en que se había programado la transmisión de su programa homenaje, grabado un mes atrás.

Ya no hay más.

Hágalo usted mismo

No lo culpamos por no haberse enterado que el pasado fin de semana se realizó el II Tianguis de Escritores Leoneses en el Museo de la Ciudad. A final de cuentas, parece que ni los mismos escritores se enteraron (o quisieron enterarse) del evento, que apenas reunió a unas 30 personas.

Estar presente en esa reunión era como remontarse al tiempo unos 15 años: artistas que se quejan de que el gobierno no los pela y que despotrican de que no son incentivados ni estimulados por la sociedad para hacer su arte; que no hay quien los financie y que nadie toma en serio la cultura.

Estas quejas las hicieron en su momento (hace 15 años) los pintores y los teatreros y ahora ya prácticamente no se manejan en ese discurso. ¿Las musas les hicieron justicia y les hallaron cabida en el presupuesto oficial? No. Aprendieron que es mucho más efectivo rascarse con sus propias uñas.

Si se ve cuántas temporadas teatrales son mantenidas por grupos y foros independientes y cuantos artistas plásticos se abren paso para llevar su trabajo a espacios expositivos que no tienen nada que ver con los tradicionales museos, puede percibirse de inmediato un ligero aire trasnochado en las exigencias de un sector de los participantes del Tianguis de Escritores.

La cosa llegó al extremo casi grosero de tener a Juan Meliá, no como orador invitado, sino como ocupante del banquillo de los acusados al que se le hizo contestar punto por punto a un pliego petitorio que incluía cosas que, uno, no se podían resolver de momento ni por una sola persona (un fideicomiso para publicaciones) o que, ¡hello! Ya se hace (como stands de publicaciones locales en la Feria del Libro).

Elegante como es, Juan Meliá puso el dedo en la llaga de una forma muy amable al decir que: “Los escritores, como todos los artistas, deben asumir un compromiso con su mundo”, para responder a cuestionamientos de tipo “Nunca nos enteramos de los eventos literarios en que podemos participar. No todos leemos el periódico o vemos la televisión” o “Mi amigo es un gran poeta y no lo invitaron al Encuentro de Escritores de la Feria”.

Me veré muy mala leche si quieren, pero ahí me pareció ver más bien una asamblea de aspirantes a escritores que esperan que las musas toquen a su puerta con el Reconocimiento Oficial que su pluma y talento merecen.

No se habló acerca de si al público lector le interesa lo que los señores quieren publicar. Tampoco de que tan conscientes están estos señores de su calidad y pertinencia literaria. Abundan los “grandes poetas” cuya única orientación y crítica ha sido su círculo de amistades o familiares, justo el tipo de personas menos aptas para decir “oye no, eso está chafa o muy choteado”.

El meollo del asunto es que hay muchos escritores y poca gente o instituciones que le entra a publicarlos. Ante este panorama, ¿por qué en lugar de desgastarme en pedirle al gobierno que me publique un libro que a final de cuentas con trabajos tendrá 100 lectores, no lo publico yo mismo?

No nos referimos a la publicación tradicional, que es por naturaleza costosa, pero ¿Qué tal poder hacer un poemario muy bien hecho cuya impresión, ejemplar por ejemplar, la costeé quien lo compra a no más de 80 pesos, que no tenga que ser impreso a tirajes voluminosos y que alguien pueda comprar en Amazon.com desde cualquier parte del mundo?

Bueno, así funciona Lulu.com, uno de los más populares servicios de impresión sobre demanda en internet. Cualquiera con inquietudes y algo que decir puede hacer su propio libro y, si quiere, ponerlo a la venta en internet. Sólo se imprimen los ejemplares que se venden, nada de almacenar, distribuir o pagar tirajes elevados para que costee el offset.

Mejor aún, ¿Por qué afanarse en hacer un libro de crónicas si se puede levantar un blog sin casi nada?

La literatura no es ópera ni teatro. Es un arte que sólo requiere de uno para hacerse. A final de cuentas al escritor lo hace el tener algo que decir y alguien que lo lea. En esa triada no es imprescindible el gobierno (bienvenido cuando se pueda), pero siempre, como dicen esos libros de bricolaje, es mejor hacerlo uno mismo.

Publicado en A.M. León el 25 de noviembre de 2006.

Trayecto a Venezuela

Este fin de semana, el grupo escénico leonés Trayecto partirá a Venezuela para participar en el XXIII Festival de Teatro de Occidente, que se realiza en la ciudad de Gaunare.

Dirigido por Armando Holzer, definitivamente el director más hiperactivo de la región, Trayecto presentará “Espectros, familiares y cortantes”, un montaje que combina teatro, plástica y bel canto y que cierra una trilogía sobre la soledad, el amor y la muerte, a partir de elementos extraídos del romanticismo alemán, la dramaturgia de Bertold Brecht y la música de Kurt Weil.

Trayecto es una de las 14 compañías internacionales que participarán en este festival, al que acudirán montajes de ocho países y más de medio centenar de espectáculos venezolanos.

Con Holzer, viajarán el cantante Humberto García y los actores Javier Sánchez, Enrique Torres, Sonia Acevedo y David Eudave. Puro talento leonés en la tierra de Nuestra Señora de Coromoto.

Por cierto, Trayecto es de los primeros grupos a los que les ha tocado resentir “el cambio” en el Centro Cultural Guanajuato, pues cuando se acercaron a Laura Lozano para programar este mismo espectáculo, que se presentó la semana pasada, todo fue profesionalismo, respeto y consideración.

Pero ya a la hora de la función, “con nueva administración”, la cosa fue muy diferente y el grupo tuvo que soportar desde el hecho de que no hubiera una simple hoja de papel para oscurecer el lugar donde se presentarían, hasta que les robaran pertenencias o que su espectáculo fuera interrumpido, dice Holzer, por guardias que correteaban rateros.

Ojala que en Venezuela, a Trayecto le vaya muy bien y ojala que acá, los acomodos y reacomodos administrativos no terminen perjudicando una institución que es de todos.

A escribir
El Patronato de la Feria Estatal León 2007, acaba de lanzar la convocatoria para la nueva edición de los Juegos Florales del Tercer Milenio, certamen literario abierto en las categorías de cuento corto y canto a la ciudad de León.

Este concurso literario es, para fines prácticos, el único de su tipo que hay en la localidad y uno de los mejor dotados en premios de la entidad, por lo que debería tener más de los 50 participantes que actualmente tiene en promedio por año.

Todos los que tengan vena literaria, aprovechen la oportunidad y busquen la convocatoria en las oficinas de la Feria (sería muy bueno que ya estuviera también en su página web, ¿no?)

Terror en el Congreso
Cualquier persona con tres dedos de frente no puede más que sentirse aterrorizada por las expresiones de los diputados panistas hace unos días, mientras se discutía la posibilidad de hacer una Ley de Sociedades de Convivencia similar a la del Distrito Federal.

Antonio Ramírez Vallejo, del PAN, merece un monumento a la estrechez mental por subirse al púlpito, perdón, a la tribuna legislativa, a decir que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados; son contrarios a la ley natural y no se deben aprobar en ningún caso” y ¿Qué tal esta? “No podemos legislar para las minorías, debemos legislar para las mayorías”. T-E-R-R-O-R-I-F-I-C-O.

¿Qué que tiene que ver esto con arte y cultura? Todo. Tarde o temprano esos criterios estrechos, del grupo político al que le regalamos el 60% de los votos, estarán tocando a la puerta del entorno liberal que es y debe ser el arte. Además, no debemos olvidar que los artistas son minoría, por lo que el señor Ramírez Vallejo no va a legislar por ellos.

Llamativo que no habiendo hecho campaña los diputados panistas (porque ni falta les hacía, ya se sentían ganadores desde que pegaron su primer banner en un poste), estén capacitados para decir que es y que no es “prioridad para la sociedad de Guanajuato”.

¿Qué que tiene que ver esto con arte y cultura? Todo.

Hamletiana
Cuando un par de diputados visitan en la cárcel a un defraudador y traficante de influencias para darle “apoyo moral”, pero no dicen nada cuando de feo modo se va una funcionaria cultural de probado prestigio y capacidad, algo debe estar endiabladamente mal con nuestros legisladores. Como diría Hamlet, “Hay algo podrido en Dinamarca”.

Publicado en A.M. León el 18 de noviembre de 2006.

noviembre 16, 2006

Nadie dijo nada

Es sábado y nadie dijo nada. Laura Lozano entregó la oficina del Centro Cultural Guanajuato que dirigió por ocho meses y se fue, discretamente, a petición de Juan Alcocer Flores, titular del Instituto Estatal de la Cultura.

Y nadie dijo nada. El gobernador Juan Manuel Oliva, de hecho, al preguntársele por primera vez sobre el asunto, mencionó no estar enterado y que ya Alcocer le diría, porque él era el coordinador del rubro cultural del gobierno.

El doctor Alcocer, explicó, con retórica brillante, que la función pública trasciende a las personas y que en los gobiernos, todo mundo está de paso y es natural cambiar de gente cuando comienza una nueva administración.

Olvídese de la polémica generada, por ejemplo, con el caso del consejero del Instituto Estatal de Acceso a la Información, Ramón Izaguirre.

De Laura Lozano nadie dijo nada. A pesar de que, contrastando con la caballerosidad de la mujer que levantó la estructura organizativa del CCG, el Gobierno del Estado se mostró poco prudente e irrespetuoso de sus propios decretos.

Basta echar un ojo al decreto que formalizó la creación del CCG, el número 247, publicado en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado el 25 de noviembre de 2005, para darse cuenta que la ortodoxia se fue de vacaciones.

En él se define al centro como “un organismo público descentralizado, sectorizado a la Secretaría de Educación de Guanajuato”. Ergo, el CCG está al mismo nivel que el IEC, no está subordinado a él. En ningún lado del decreto se estipula que el titular del organismo estatal de cultura tenga injerencia sobre el CCG (sólo la tiene en la Biblioteca Central Estatal). Puede eso ser bueno o malo, pero así está escrito.

Ese mismo decreto estipula que es el gobernador del Estado quien nombra al titular del CCG, y por lógica, también lo desnombra. Bueno, pues aquí hemos visto que el gobernador primero no estaba al tanto y segundo, no fue él quién nombró encargado del despacho del CCG a Luis Serrano.

Tampoco hay indicios de que los consejos directivo (encabezado por el Gobernador) y consultivo (dirigido por Roberto Plasencia) del CCG hubieran estado al tanto del asunto. ¿Cuál será entonces la definición de un consejo directivo que no dirige y de un consultivo que no es consultado?

La ortodoxia mandaba que, siendo el CCG y el IEC instituciones de igual estatura en la estructura pública estatal, el gobernador hubiera nombrado nuevos titulares en ambas al mismo tiempo. ¿Resultaba extraño despedir a Laura Lozano cuando Oliva tomó posesión porque a los ojos del común de la gente el CCG apenas tenía 3 semanas abierto? Bueno, entonces quizá no era necesario darle las gracias todavía.

Podrá estar bien que Juan Alcocer coordine todas las instituciones estatales que convergen en la cultura y podrán estar bien sus ideas sobe el CCG.

Pero lo que no se vio tan bien fue que el titular de un organismo descentralizado le pida la renuncia al titular de otro organismo descentralizado. ¿Qué sigue? ¿El jefe del DIF estatal despidiendo a la jefa del Instituto Estatal de la Mujer?

Pero nadie dijo nada. Quizá porque Laura Lozano no es priísta, los diputados Antonio Chávez Mena o Bárbara Botello no se preocuparon del asunto; quizá porque no es perredista, su caso no llamó la atención de Fernando Arredondo o Arnulfo Montes

Y quizá porque no es tan panista como Alfredo Ling, es que Mayra Enríquez y Gerardo de los Cobos no la defendieron a ultranza.

Los que si han dicho algo son la gente común y corriente que a veces, hasta en tres ocasiones al día, publicaba su malestar ante la salida de Laura Lozano en la sección de Línea Directa. Fueron ellos quienes percibieron el valor del trabajo de “La Yoya”.

Lástima que, como dijera el rector Arturo Lara en una célebre ocasión similar: “El titular de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato no es un puesto de elección popular”.

¿Por qué alguien debería haber dicho algo? Porque la cultura en el estado no se merece la sospecha de ser manejada de forma discrecional, con la desatención del Ejecutivo y de espaldas a los consejos civiles, y porque por su trayectoria, Laura Lozano merecía mucha más cortesía. Por eso.

Publicado en A.M. León el 11 de noviembre de 2006.

Sorpresas, sorpresas

No se puede uno ir a descansar el Día de Muertos, porque luego luego le descomponen a uno el changarro. Vaya sorpresa que es la noticia del cese de Laura Lozano como director del Centro Cultural Guanajuato a menos de ocho meses de haber sido nombrada.

Tal cosa es signo de un reacomodo total en la estructura cultural de la entidad, algo que seguramente se atrasó porque cuando entró la actual administración estaba el Festival Internacional Cervantino con los dedos en la puerta, pero ya sin ese pendiente, seguramente Juan Alcocer Flores, director del Instituto Estatal de la Cultura, busca rodearse de gente de su círculo.

Aunque al CCG le ha fallado un poquito la difusión después de su inauguración (primero por una ex funcionaria de comunicación de quien no vamos a decir su nombre, pero que en lugar de construirse la buena voluntad de los medios se dedicó a pelearse con todo mundo, y después por los inacabados reacomodos en el área), no se le puede regatear a Laura Lozano la efectividad de su trabajo en tan poco tiempo.

La mujer prácticamente creó de cero la estructura operativa del CCG y estructuró una programación innovadora, muy atractiva y al alcance de todo mundo. Desde que abrió sus puertas, la institución ha presentado espectáculos de gran talla sin cobrar un solo peso y atraído a un público inédito.

La gente que llenó la presentación de Sarruga el pasado 21 de octubre, por ejemplo, era muy diferente a la que suele ir al Teatro Doblado o incluso la Plaza Fundadores. Es más, hasta había bastantes renegados que ya no se aparecían a ningún evento de ese tipo.

Inacabado, pero el trabajo de Laura Lozano había dejado claro que ese era un buen rumbo para el CCG. Ojala que quien llegue en su lugar entienda el rol vanguardista que tiene este complejo cultural y actúe en consecuencia. Lo feo es que la gente que pueda estar a la altura se cuenta con los dedos de una mano.

Sorpresa buena
No creo ser el único que había dejado de tener fe en el Encuentro de Teatro. Varios años de haber visto como el amateurismo más acentuado se había adueñado de la escena y como los teatreros “serios” le hacían el feo al evento, le habían quitado lo placentero al hecho de ocupar una butaca.

El nihilismo se tambaleó necesariamente el pasado domingo, cuando tocó el turno del Centro de Artes Escénicas, el grupo dirigido por Héctor Castillo, que presentó “Malas palabras”, un monólogo entrañable original de Perla Szuchmacher protagonizado por una escritora que recuerda cómo se enteró de que era hija adoptiva.

Algo totalmente fuera de lo normal fue que el Teatro Manuel Doblado estuviera lleno casi en su totalidad, mérito del que sólo disfrutaban los Bichir, el Ortiz de Pinedo o el cien veces trasvestido (en “La Señora Presidenta”) Gonzalo Vega.

Llenar el Doblado, con la estrategia que haya sido, lo logró no uno de los grupos de primera línea, sino una compañía discreta que, alejada de grillas, se ha dedicado a hacer lo suyo, conquistando como escenario teatral de fin de semana el auditorio de la Normal Oficial.

La segunda sorpresa, después del amplio poder de convocatoria del CAEL, ha sido la más que buena factura del montaje. Laura Rodríguez, la actriz que lleva el monólogo ha hecho un trabajo que no le pide nada al que hiciera Haydee Boeto hace tres años, cuando “Malas Palabras” vino al FIAC con el grupo de la propia Perla Szuchmacher.

Por ello, y además por sus 10 años de trabajo (varios de ellos como compañía residente de la extinta promotora independiente La Floración del Mezquite), el grupo de Héctor Castillo y Montserrat Segura tenía más que merecido el aplauso tumultuoso que se llevó en el Doblado.

No le podemos recomendar que vea “Malas palabras” porque este fin de semana concluye su temporada en la ENOL (devela placa de 50 funciones mañana), pero puede estar seguro de que cualquier otro montaje de CAEL podrá ver esa misma seriedad y amor al teatro. Ya mero estrenan su pastorela y convendría que se diera una vuelta.

Quien esto escribe no puede presumir de haber visto todos los montajes del Encuentro, pero parece que es hora de volver a creer en los teatreros locales.

Versión definitiva de la columna publicada en A.M. León el 4 de noviembre de 2006. Se acortó el segmento dedicado al CAEL y desapareció el de Grisell Villasana.

Grata sorpresa (La columna que no vio la luz)

Este es el texto original de la columna que había dejado listo para publicarse en A.M. el sábado 4 de noviembre. La salida de Laura Lozano del Centro Cultural Guanajuato dos días después, obligó a cambiarla.

No creo ser el único que había dejado de tener fe en el Encuentro de Teatro. Varios años de haber visto como el amateurismo más acentuado se había adueñado de la escena y como los teatreros “serios” le hacían el feo al evento, le habían quitado lo placentero al hecho de ocupar una butaca.

El nihilismo se tambaleó necesariamente el pasado domingo, cuando tocó el turno del Centro de Artes Escénicas, el grupo dirigido por Héctor Castillo, que presentó “Malas palabras”, un monólogo entrañable original de Perla Szuchmacher protagonizado por una escritora que recuerda cómo se enteró de que era hija adoptiva.

Algo totalmente fuera de lo normal fue que el Teatro Manuel Doblado estuviera lleno casi en su totalidad, mérito del que sólo disfrutaban los Bichir, el Ortiz de Pinedo o el cien veces trasvestido (en “La Señora Presidenta”) Gonzalo Vega.

Llenar el Doblado, con la estrategia que haya sido, lo logró no uno de los grupos de primera línea, sino una compañía discreta que, alejada de grillas, se ha dedicado a hacer lo suyo, conquistando como escenario teatral de fin de semana el auditorio de la Normal Oficial.

La segunda sorpresa, después del amplio poder de convocatoria del CAEL, ha sido la más que buena factura del montaje. Laura Rodríguez, la actriz que lleva el monólogo ha hecho un trabajo que no le pide nada al que hiciera Haydee Boeto hace tres años, cuando “Malas Palabras” vino al FIAC con el grupo de la propia Perla Szuchmacher.

Por ello, y además por sus 10 años de trabajo (varios de ellos como compañía residente de la extinta promotora independiente La Floración del Mezquite), el grupo de Héctor Castillo y Montserrat Segura tenía más que merecido el aplauso tumultuoso que se llevó en el Doblado.

No le podemos recomendar que vea “Malas palabras” porque este fin de semana concluye su temporada en la ENOL (devela placa de 50 funciones mañana), pero puede estar seguro de que cualquier otro montaje de CAEL podrá ver esa misma seriedad y amor al teatro. Ya mero estrenan su pastorela y convendría que se diera una vuelta.

Quien esto escribe no puede presumir de haber visto todos los montajes del Encuentro, pero con los que sí, parece que es hora de volver a creer en los teatreros locales.

A descansar
Con muy buenos resultados regresó la galerista leonesa Grisell Villasana de Argentina, donde estuvo presente en la feria Buenos Aires Photo II, concluida el mismo día que el Cervantino.

Villasana estuvo moviendo en la feria realizada en el Palais de Glase, a algunos jóvenes talentos de la localidad, como César Galindo y Carlos María Flores, cuya obra causó buena impresión en la tierra del tango.

Sin embargo, la buena Grisell va a tomarse un “break” del trajín de galera y promotora. Una lástima porque es una de las personas que más cosas dignas de mencionar en la escena artística leonesa ha dado en os últimos años. Vaya desde aquí un enhorabuena por lo logrado hasta aquí y nuestros mejores deseos para cualquier otra nueva cosa que emprenda.

El CCG informa
El Centro Cultural Guanajuato no baja la guardia en su programación y para este mes de noviembre tiene ofertas muy atractivas. Por ejemplo, hoy y mañana Cornisa 20 nos mostrará qué es lo que pasa cuando los ángeles y los demonios se pelean por quedarse con el alma de un payaso para que los divierta en el más allá en “Funerales de un payaso”.

Los amantes del jazz han de tener bien identificado a Hopalong. Pues bien, el destacado contrabajista afincado en San Miguel de Allende ofrecerá concierto con su grupo el próximo jueves.

El próximo fin de semana, el festín será más sabroso, pues incluye el estreno del nuevo espectáculo del grupo Trayecto “Espectros, familiares y cortantes”, la presencia de la compañía italiana de títeres Brujerías de Papel y, para dejar con la boca abierta, el espectáculo aéreo “Kaosmos”, del grupo argentino-español Puja!

“Kaosmos”, que cerró hace dos semanas el Festival Internacional de Teatro de Calle en Zacatecas, es un espectáculo alucinante en el que ocho artistas trenzan una coreografía geométrica sobre una esfera metálica suspendida en el aire mediante una grúa que los eleva hasta 30 metros de altura. Muy digno de verse.

A escena

Todavía con la polvareda del Cervantino levantada, ayer arrancó el Encuentro de Teatro León 2006, la muestra anual del quehacer escénico de la localidad organizada por los propios teatreros y el Instituto Cultural de León.

Aunque ha cambiado varias veces de formato y denominación (desde Muestra de Teatro Leonés MUTEA, hasta Concurso de Teatro Leonés), se trata del programa más antiguo del Instituto Cultural de León. Es incluso un año más viejo que la Feria Nacional del Libro, que lleva 17 ediciones.

Ha sido también uno de los más debatidos por la baja representatividad que ha tenido en la mayor parte de sus ediciones. Es decir, su programación se llena de grupos de los que el resto del año poco se sabe (varios de plano desconocidos) y, como un feo vicio, los grupos que más chambean muchas veces no están incluidos, a veces porque da la maldita casualidad de que no tienen obra montada y a veces por puro desdén, la mera verdad.

Este año hay 15 puestas en escena programadas de igual número de grupos. De ellos, seguramente sólo le dirán algo el Centro de Artes Escénicas de León (con más de un año de funciones continuas cada fin de semana en el Auditorio de la Normal Oficial), El Golem (joven grupo de Javier Sánchez que participó en el FIAC), el Taller de la Universidad de la Salle (uno de los grupos estudiantiles más activos) y Odissea Teatro, que celebrará sus 20 años de vida.

Muchos de los grupos son recién llegados al escenario, como Molieret, La Hidra, Séptima Especie, Mantis Mandala, CEPAC y La Cuarta Pared; algunos son colectivos de los que llevaba tiempo que no se sabía nada, como Teatro Escénico y aunque el nombre de El Escuadrón de la Muerte es una novedad, no lo es tanto su director, el inquieto Eulalio Nava.

¿Le sorprende que no esté incluido Luna Negra y San Banquito Teatro, las dos agrupaciones de mayor reconocimiento dentro y fuera de la ciudad? Ya ve entonces de lo que hablamos.

El Encuentro de Teatro es un asunto complejo porque al parecer no satisface a todo mundo, pero tampoco es posible poner de acuerdo a los teatreros, quizá el gremio artístico menos cohesionado de la localidad (desde siempre). El problema está en que no necesita lo mismo un grupo estudiantil que una compañía que ha sido becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes. Unos se conforman con ser vistos aunque sea una vez al año y otros quieren ser retribuidos de mejor forma.

Algún tiempo se realizó la muestra en forma de concurso, para así motivar más a los participantes, pero empezaron a ganar siempre los mismos y los demás se frustraban. Se volvió al esquema de exhibición no competitiva y se hizo evidente la falta de compromiso y excesivo amateurismo de la mayoría de los grupos que parecían ser flor de un día.

Quizá lo que necesitamos es no una sola muestra libérrima donde se vea de todo. Podría pensarse en una muestra de teatro estudiantil y otra de “Caras nuevas” de la escena independiente. Con los grupos consolidados se puede desde organizar otro ciclo más breve hasta fortalecer el programa Escena Activa, iniciado por el ICL este año.

Hacer del Encuentro de Teatro una experiencia más significativa para todos requiere del compromiso de todos sus implicados, desde los teatreros para definir un rumbo claro; el ICL, haciendo derroche de imaginación para hacer rendir los recursos y darle a cada quién lo que necesita y el público, para que no se espante con todo el embrollo y llegue a las butacas a apoyar con su presencia el desvelo de directores y actores.

Ciertamente no todos los montajes que se verán en el Encuentro estarán bien actuados, producidos o dirigidos, pero ¡pues es lo que hay! No podemos esconder la radiografía y así hacer de cuenta que el enfermo no está enfermo. Hay que partir de aceptar nuestra realidad y encontrar formas efectivas de remediarlo.

Ahora bien, resulta claro que en teatro, y en todas las demás disciplinas, no sólo basta un programa para ayudar al desarrollo de los creadores, pero es donde surge de nuevo el fantasma de la falta de recursos, o más bien, de conciencia de las necesidades, porque es evidente que sí hay lana para liquidar a funcionarios que siguen trabajando o a “secres del millón”.

Publicado en A.M. León el 28 de octubre de 2006.

De vuelta a la realidad

Mañana concluye el 34º Festival Internacional Cervantino (¡Bendito Dios!) y habrá tiempo para leer y releer los resultados y méritos artísticos de esta edición, la última del FIC tal y como lo conocemos, pues a partir de noviembre estrenará su papel de organismo público descentralizado.

Una de las consecuencias del FIC es que, con su frondosidad, hace que uno quite la vista momentáneamente de las actividades culturales más cotidianas y cercanas. Sirva esta columna entonces, como un mea culpa por no haber hablado del cierre de los festejos por el aniversario de la Biblioteca Torres Gómez y de los programas de fin de semana del Centro Cultural Guanajuato.

Vayamos por partes. El CCG recibe este sábado, a las 19:00 horas, a la compañía española Sarruga, que presenta el espectáculo callejero “Peces”. A ver si los leoneses tenemos la suerte que le faltó a los guanajuateños, pues los diluvios del fin de semana pasado obligaron a que se cancelaran dos de las tres funciones programadas en Los Pastitos.

Pero no sólo eso, el CCG tiene todo para tener entretenida a toda la familia este fin de semana, sin necesidad de irse a padecer los tumultos y la falta de estacionamiento de Guanajuato. Sábados y domingos habrá talleres para niños por cortesía de Artexcuincle y espectáculos como los de Títiri-Tátara, Son del Montón y el grupo Teatro Carrilla, que presenta “Las tripas gruñonas”.

Dentro del mismo paquete de la oferta del CCG, pero no revuelto, está el concierto para dos clavecines que Gastón Lafourcade y Ulises Avendaño ofrecerán al mediodía del domingo, en la Biblioteca Central Estatal, como cierre de las actividades por el décimo aniversario de la Biblioteca Antonio Torres Gómez.

El maestrazo Lafourcade (hay quien le dice suegro, pues es papá de la talentosa Natalia Lafourcade), es un consumado intérprete y fabricante de clavecines, esos abuelitos del piano actual que fueron la onda durante la época barroca.

Aunque sabemos que ha hecho experimentos mezclando el clavecín con música jarocha, por ejemplo, el recital que ofrecerá este domingo será más “convencional”, con obras de Boccherini, Handel, Bach y Antonio Soler. Como dice don Germán Dehesa, aikir.

Mercado de las artes
Pues con la noticia de que el Mercado de las Artes Jorge Ibargüengoitia, organizado por el Centro Cultural Guanajuato, ha ampliado su plazo de registro hasta el 30 de octubre.

La iniciativa, que ha recibido el espaldarazo de instituciones dentro y fuera del país, es un escaparate inédito para las artes escénicas de la región, pues crea un espacio para que grupos y solistas puedan entrar en contacto con programadores de festivales, directivos de instituciones culturales y organizaciones independientes.

La idea es abrir brecha y profesionalizar el sector, haciendo algo que en apariencia suena fácil, pero es tremendamente útil: juntar por aquí a toda la gente que contrata espectáculos y por acá a todos los que los ofrecen.

¿Un grupo artístico independiente podría, solito, visitar los nueve institutos culturales estatales de la región central del país y las decenas de casas de la cultura, festivales y foros para buscar que lo contraten? Está en chino.

Es mucho mejor y más práctico hacer una feria especializada. Los “compradores” vienen con la mente puesta en conocer propuestas y los “vendedores” no tienen que desplazarse ni pedir citas.
El Mercado de las Artes es algo que puede catapultar la promoción de los creadores artísticos de nuestra tierra a niveles no vistos, por no hablar del programa formativo que traerá aparejado. Nada más falta que ellos mismos se den cuenta de esa oportunidad y la aprovechen.

Consejeros nuevos
El Ayuntamiento leonés ha dado a conocer ya la conformación de sus comisiones. En la de cultura estarán la síndico panista Leticia Villegas Nava y el regidor perredista Aarón Soto. Ellos están ya en automático en el consejo directivo del Instituto Cultural de León, cuya conformación definitiva es posible que esté lista hasta diciembre.

Llama la atención que ahora la comisión de cultura tenga dos integrantes, cuando en la administración anterior fueron tres. Ojala esa sea la única reducción que enfrente el rubro.

Publicado en A.M. León el 21 de octubre de 2006.
Me causó gracia que alguien se hubiera tomado la molestia de criticar el nuevo logotipo del Gobierno del Estado en la sección de Línea Directa en días pasados. Pero el jueves que me llegó un boletín de prensa del Centro Cultural Guanajuato con la nueva imagen institucional me fui de espaldas.

Decir que menos de una quinta parte del espacio total ocupado por el logotipo está dedicado al nombre del Centro Guanajuato da suficiente idea del despropósito gráfico, pues las cuatro quintas partes restantes las ocupa el slogan “Guanajuato contigo vamos” (con tres tipografías diferentes) y un gráfico que da idea de las siluetas del estado y una familia de cinco miembros (¿qué nos estarán queriendo decir a los padres que no nos animamos a tener más de un hijo?)

Esta podría ser una discusión de un “freak” de la imagen corporativa y la comunicación gráfica, pero también puede ir más allá. Cuando se inauguró, el CCG tenía un bonito logo minimalista con tres hileras de cuadrados y rectángulos. Era elegante, contemporáneo, mesurado, con buen gusto y además, fruto de una selección y no una decisión de escritorio.

Todas esas virtudes podrían estar en el logo que adorna el boletín de prensa de marras, pero no lo están. Es groseramente grande, casi nada moderno y, sobre todo, con sus colores naranja y azul (repetidos también en una ola en la parte baja de la hoja) gritando PARTIDO ACCION NACIONAL.

Ya se sabe que es típico que los gobernantes impongan como color institucional de sus administraciones el del partido del cual emergieron. El hecho de que eso sea una costumbre y usual no ha hecho que sea correcto ni democrático.

Usar los colores de los partidos en gobierno lo denunciaban los priístas en Guanajuato y lo criticaron los panistas cuando jugaban en el bando de la oposición, pero se les olvidó ahora que cambiaron de cancha. Repito, no es correcto ni democrático.

Particularmente, en el CCG, usar colores de un partido político no honra la pluralidad de la sociedad civil que empujó este proyecto desde hace casi cinco años. Desde antes de que cayera un solo peso de las administraciones federal y estatal ya había gente picando piedra para hacer realidad lo que en un inicio parecía sueño guajiro.

Ahora resulta que, con todos sus detallitos, vamos a extrañar la administración de Juan Carlos Romero porque tenía un logo más discreto, basado en el escudo de armas de la entidad y en el apartidista y muy noble color púrpura.

El logo de la Ciutat de las Ciencias y las Artes de Valencia no ha cambiado con cada administración; tampoco el del Centro Nacional de las Artes de México ni el del MuseumsQuartier, de Viena. Si vamos a implantar tradiciones, mínimo que se vean más bien. ¿no?

Hasta China
La Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato cerrará este año muy lejos de casa. Resulta que la agrupación sinfónica dirigida por Enrique Bátiz (y muy aplaudida en su actuación del Cervantino el pasado fin de semana) realizará una gira de 12 presentaciones por China durante tres semanas de diciembre y enero.

La OSUG hará sonar en el país asiático, que este año ha sido prolífico en festivales dedicados a la cultura mexicana, tres programas diferentes con obras de clásicos como Beethoven y Mozart y de glorias nacionales, como Moncayo y Revueltas.

Vaya que es un logro para la orquesta guanajuatense, especialmente porque, con lo escrupuloso de su sindicato, los períodos vacacionales siempre habían sido sagrados y era más fácil hacer que pasara un contrabajo por el ojo de una aguja que renunciar a un descanso.

Fuera de broma, es un motivo de orgullo que la OSUG pise tierras tan lejanas y los chinos nos vean también como buenos productores de música y no sólo como clientes frecuentes de todas sus manufacturas.

Hijo pródigo
La doble ovación que se llevó José Luis Castillo, al frente de la Camerata de las Américas el pasado domingo en el FIC, es el mejor testimonio del reconocimiento y admiración que cultivó el joven músico valenciano cuando fue director de la OSUG.

Fue la primera vez que Castillo dirigió en Guanajuato desde que dejó la orquesta universitaria. Ojalá no haya sido la última.

Publicado en A.M. León el 14 de octubre de 2006.

Así no, EMP

Los guanajuateños deben estar a punto de odiar el Cervantino. No sólo por las hordas juveniles que invaden sus calles cada uno de los tres fines de semana de la “fiesta del espíritu”, sino también ahora por el Estado Mayor Presidencial.

El día inaugural del 34º Festival Internacional Cervantino, en Guanajuato, buena parte del centro de la ciudad estaba llena de vallas metálicas en el más amplio despliegue realizado para garantizar la seguridad del Presidente Vicente Fox, que por cuarta ocasión se apersonó en el festival.

Que buenísima onda que un presidente venga tantas veces al más importante festival cultural del país. Qué mal que por ellos se altere a tal extremo la vida cotidiana de una ciudad que fue hecha precisamente para disfrutarla caminando.

Podemos estar completamente de acuerdo en que es importante salvaguardar la integridad de nuestro primer mandatario, pero ¡Hombre, si ya hasta el municipio de Guanajuato (que tanto se resistió) es panista! No hay estado de la República más panista que el nuestro y a la mayoría nos cae muy bien Chente (sí, ¿a poco no le decimos así?).

La cosa pecó esta vez de excesiva, porque las barricadas cubrieron hasta el Teatro Juárez ¡y Fox nunca llegó ahí! Los periodistas llegamos a pensar que el memorando que colgaba en la sala de prensa avisando que el presidente no iría al evento del Juárez era para despistar al enemigo, porque era cuestión de salir a la calle para sospechar lo contrario

Lo triste es que el aparato de seguridad sí afectó la fiesta. ¿Sabe cuántas butacas vacías había tan sólo en el primer piso del Juárez? Por lo menos 60. Y ya ni le digo cuánto espacio sobró en los balcones. Igual y fueron lugares asignados a miembros de la comitiva que, una vez que supieron que no iba el mero mero, se hicieron ojo de hormiga, pero también debieron ser de más de algún invitado que, viendo el laberinto de vallas, mejor decidió a quedarse a tomar un café en el restaurante más a mano.

Ya el Estado Mayor Presidencial nos la hizo cuando el Juárez cumplió 100 años y Fox vino por primera vez, como presidente, al FIC. Hubo una prohibición tajante a meter cámaras fotográficas y por lo tanto, ¿cuántas fotos hay de esa histórica función con la OSUG, Ramón Vargas y Verónica Villaroel? Ninguna. Cedimos para darle seguridad al jefazo, ¿pero qué recibimos a cambio? Nada. El EMP nos robó un cachito de la historia del más emblemático teatro guanajuatense.

Con todos los militares talentosos que tiene el EMP, ¿por qué no encontrar una estrategia de seguridad más creativa y que conflictúe menos a la ciudad anfitriona? O más fácil ¿Por qué no simplemente recordar que Fox es nuestro paisano y que no será aquí donde le avienten un jitomatazo?

Hmmm.
Vaya sorpresa nos ha despachado el alcalde electo, Vicente Guerrero Reynoso al anunciar su gabinete y su reorganización de la administración municipal.

En lo que nos toca, sorprende que se haya establecido una Secretaría de Educación, Cultura y Deporte. Ese tipo de empaquetado de tres áreas tan diferentes es propio de la administración pública de hace 20 años y se ha abandonado paulatinamente porque aprendimos que, con lo complicado que le resultaba a los funcionarios atender la pura educación, ya no quedaban tiempo ni recursos para lo demás.

Es difícil también nombrar a un titular para un organismo trifuncional. El profesor Ramón Hernández Hernández será muy respetado en el ámbito educativo, pero ¿quién es en la cancha cultural? ¿de qué juega en el escenario deportivo?

Aunque la intención de fondo es buena -optimizar los recursos públicos y establecer una sinergía entre áreas afines-, hacer una secretaría así es meterse en terreno pantanoso, más porque no se explica qué va a pasar con el Instituto Cultural de León y la Comisión Municipal del Deporte, que son organismos descentralizados. ¿Perdurarán, desaparecerán, cambiarán? No se pierda nuestro próximo capítulo.

Tiene pinta
Durante la inauguración del FIC en León, ante la ausencia de Juan Antonio García, David Ramírez Chávez estuvo representado al consejo directivo del Instituto Cultural de León. De verdad que sí tiene pinta de presidente de consejo directivo del ICL.

Publicado en A.M. León el 7 de octubre de 2006.

Director Habemus

Deberíamos haberle puesto lana a la apuesta de hace un par de semanas acerca de quién quedaría al frente del Instituto Estatal de Cultura ahora que inició el sexenio del gobernador Juan Manuel Oliva Ramírez.

El ex diputado salmantino Juan Alcocer Flores hizo buenos los pronósticos que lo señalaban como sucesor de Jorge Labarthe Ríos en el organismo cultural estatal. Sospecha que estuvo fundada en el hecho de que Alcocer coordinó la elaboración de la propuesta de cultura contenida en el Libro Blanco de Oliva.

Alcocer es médico cirujano de profesión, pero ha hecho el arte parte de su vida, no sólo dedicando parte de su tiempo a la pintura y la literatura, sino también involucrándose en iniciativas de rescate del patrimonio cultural. Fue uno de los principales animadores de la rehabilitación del Convento de San Agustín en Salamanca, ahora convertido en Centro Estatal de las Artes.

En fecha más reciente, estuvo encarrillando apoyos para el acondicionamiento de la zona arqueológica de Peralta, antiquísimo asentamiento en Abasolo cuyo rescate no sólo tiene valor en el contexto histórico cultural, sino también como detonante del desarrollo social del poblado en que se asienta.

Una de las inquietudes que tenía Alcocer Flores andando en esos menesteres cuando aún era legislador, era que el Instituto Estatal de Cultura bien podría canalizar a Peralta recursos adicionales, ahorrando uno o dos años en el área de compra de acervo. Ahora que es él quien lleva las riendas, es de esperar que la zona arqueológica abasolense esté lista un poco más rápido.

El nuevo titular del IEC es amigo de impulsar el desarrollo cultural buscando modos creativos de interacción con instituciones civiles, públicas y privadas y de incentivar el cultivo de las artes desde las células básicas: el barrio y la escuela.

Veamos que nos trae preparado Juan Alcocer para el IEC.


Quien da más

Otro artista afincado en León anda dando de qué hablar. La obra de César Galindo, joven pintor originario de la Ciudad de México y que recientemente expuso en el Espacio de Arte Grisell Villasana, estará presente en la Subasta 2006 del Museo de Arte Latinoamericano de Los Angeles, o MoLAA.

La obra de Galindo entrará a remate junto con lotes de consagrados artistas latinoamericanos, como David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo, Wilfredo Lam, Manuel Álvarez Bravo, José Luis Cuevas y Francisco Toledo, entre otros.

Por si le interesa, la obra de Galindo es el lote 181, un tríptico llamado “Otro teléfono descompuesto”, donde continúa esa línea temática de la relación entre hombres y animales. El precio estimado es de mil 500 a 2 mil 500 dólares. Independientemente de que se venda, es un mérito estar presente en una subasta del MoLAA y es algo que definitivamente hace mucho currículum. Suerte y felicidades a Galindo.

Aberfeldy al rescate

Este miércoles dará inicio el 34º Festival Internacional Cervantino, los 19 días más excitantes del arte y la cultura en Guanajuato y León. Si tomamos en cuenta que el programa está integrado por más de 15 funciones, es todo un mérito que sólo dos hayan tenido cambios de última hora.

Uno de esos cambios, dolorosos para un sector del público juvenil, fue la cancelación del grupo Belle and Sebastian, muy conocido por los fanáticos del rock-pop independiente. No fue necesario buscar mucho para el reemplazo, pues quienes actuarán el 21 de octubre en la Alhóndiga son los también escoceses (y compañeros de disquera de B&S) de Aberfeldy.

Aberfeldy tiene apenas un lustro de haberse formado y sólo han salido de su país en una ocasión anterior a esta. No obstante, son una de las agrupaciones musicales más prometedoras del Reino Unido.

Esto bien podría ser un regreso a uno de los rasgos que tenía el FIC de antaño: ser escenario de jóvenes agrupaciones de rock que después se hicieron grandes. ¿Alguien de acuerda de Café Tacuba y Maldita Vecindad tocando en la Plazuela de San Fernando? No, no era ficción, era el programa del Cervantino de hace unos 15 años. La vida da muchas sorpresas y el FIC está colmada de ellas. ¡A darse gusto!

Publicado en A.M. León el 30 de septiembre de 2006.

Mis favoritos del FIC 34

Creo que no alcanzaría a hacer un top-ten de momentos vibrantes del 34 FIC, porque, es penoso reconocerlo, no hubo tantos. En general fue un festival correcto, pero no hubo demasiadas cosas que me movieran el tapete. Aquí están mis instantes favoritos, que apenas llegan a nueve.

1. “Mavis in Las Vegas”, con la Philharmonic.
2. “Ubu Rey”, con el Dundee Rep Theatre
3. El concierto de noJazz
4. El palomazo de noJazz y ElectroDeluxe.
5. “Ataxia”, con Random Dance
6. “De insomnio y medianoche”, con Royal Court Theatre
7. “Fausto al cubo”, con Akhe-Línea de Sombra
8. “Ocho canciones para un rey loco”, con Divertimento Ensemble.
9. Los 5 minutos de Waxolutionists en “No más Mozart”.

Cervantino. Día 19.

Como diría Botellita de Jerez: “Saca, saca, sacabó”. Creo que mi físico ya dio de sí y me sentí profundamente aliviado de que acabara el Cervantino. En el FIC, no es que el espectáculo de clausura sea extremadamente brillante, pero la gente siempre anda muy prendida.

Eso pasó con Tania Libertad, que tenía totalmente enamorada a la gente. Ya más instalada en la onda del World Music que en la del canto nuevo de sus inicios, la propuesta de Tania es más cosmopolita y brindó un espectáculo muy colorido. Cantar con mariachi no es su fuerte, pero ¿a quién le importaba estando toda la Alhóndiga cantando “Amanecí otra vez”?

Cervantino. Día 18.

Casi fue un día de campo. El último sábado de FIC, precisamente en el que es imposible deambular por Guanajuato que ya está invadido por la marabunta, me tocó quedarme en León y ver (again) el show de Sarruga, ahora en el CCG. Los españoles se habían quedado con las ganas, pues los aguaceros de la semana pasada habían cancelado dos de sus tres funciones en Los Pastitos.

Aquí volvió a llover, pero Tláloc sólo logró retrasar el inicio de la función una hora. Ya no es cosa de hablar del espectáculo, que ya lo hice, sino de la respuesta de la gente. Ha sido el evento del CCG más concurrido en sus dos meses de vida y da gusto que sea así, porque es un tipo de público sumamente diferente al que frecuenta el Doblado o incluso la Plaza Fundadores.

Me tocó ver hasta a un par de amigos que no son muy de este tipo de cosas (¡Ja, creo que la mayor parte de mis amigos no son muy de este tipo de cosas!) llegando puntualitos a ver la función. Ha sido muy atinado del CCG echar la carne al asador para jalar gente con espectáculos tipo Strange Fruit o Sarruga. Es ambicioso, pero vale la pena definitivamente.

Cervantino. Día 17.

Esto casi se acaba. Es mi última jornada de cobertura doble en el FIC. En el Cervantes, acudo a ver “De insomnio y medianoche”, la producción del Royal Court Theatre con libreto de Joaquín Chías y la actuación de Vanessa Bauche.

Supera todas mis expectativas, es un una puesta en escena muy bien lograda, con un escenario muy original (un estrecho corredor con público a tanto al frente como detrás. Al principio, parece que hay un gigantesco espejo al fondo, pero no, ¡es otra gente!), actuaciones de buen nivel (que bien le sale el inglés a la Bauche) y un guión muy “Sospechosos comúnes” que deja anzuelos tendidos más que cabos sueltos.

Mi crisis existencial llegaría al siguiente evento, el concierto de la OSUG en el Templo de la Compañía, con un programa 100% Beethoven. Fue magnífico el “Concierto para piano 3”, con el virtuoso Mark Zeltser como solista de lujo.

Pero en el cierre con la “Quinta Sinfonía” me puso en una situación emocional contradictoria. Musicalmente estuvo bien lograda, pero por dentro no me estaba pasando absolutamente nada. Llegué a tener la sospecha de que aquí se había acabado todo, de que mis días de emocionarme con un espectáculo se habían terminado. De que mi trabajo como periodista cultural estaría a partir de ese momento marcado por la rutina y la distancia de lo relatado.

A eso agréguenle lo desterrado que me sentí en la ronda de muy entusiastas aplausos finales. La OSUG, que había cambiado de director en enero del año pasado, parecía tener un público completamente distinto y un rumbo con el que no me identificaba. No espero que sean muchos los que compartan mi opinión, pero me gustaba cien veces más la OSUG que dejó a todos azorados en la inauguración del FIC 2002 con su programa dedicado a Messiaen que esta aplaudida a rabiar por la “Quinta Sinfonía” de Beethoven.

Algo había escrito en aquel entonces: En el mundo existen dos clases de orquestas: las que hacen lo mismo que han hecho todas y las que hacen lo que no han hecho otras. La Sinfónica de la Universidad de Guanajuato se metió a otra categoría: las que hacen lo que no hará ninguna más.

La orquesta sobre la que escribí eso ya no existe.

Cervantino. Día 16.

Este jueves, me apersono en el Teatro Juárez para ver “El castigo sin venganza”, con la Compañía Nacional de Teatro Clásico de España, una puesta en escena visualmente contemporaneizada del clásico de Lope de Vega. Bastante curioso ver a Lope de Vega en un festival dedicado a Cervantes, porque ya se sabe lo bien que se llevaban ambos (es sarcasmo, eh).

Lindo el texto en verso, pero como que a estas alturas del partido y tras tantas desveladas cervantinas ya no es lo que mejor tolero. Creo que ahora sí estoy trabajando, porque encima la dicción castiza de los españoles es inintelegible. Creo que debería haber pantallas de supertitulaje también para ellos, no sólo para los croatas o los eslovenos. Me mantiene despierto la ambientación en la Italia fascista y la belleza de Clara Sanchís, la protagonista femenina.

Cervantino. Día 15.

De regreso a las andadas, tengo una cobertura muy modesta, uno de los eventos de cajón de la Alhóndiga: las Bandas de Viento de Guanajuato. Da gusto ver un ensamble que no renuncie a las tubas, como han hecho esos descastados de la música grupera que las han reemplazado por sintetizadores pedorros (¡ay, como me saca de quicio el pasito duranguense!). Un bonito espectáculo, con mucho sabor pueblerino, pero “reloaded”.

Cervantino. Día 13 (y 14)

El lunes 15 y martes 16 de octubre, la agenda de cobertura se acuerda de darme un respiro y me quedo en León a tratar de poner en orden la casa. El Cubo no se detiene y además me ha caído un encargo muy peculiar, apoyar editorialmente una promoción de AM que ofrecerá la serie de documentales “Días que marcaron al mundo” de la BBC. Debo ir ideando unas portadas falsas con encabezados históricos tipo “Matan al presidente”, para que luego en el sumario salga “…al presidente Kennedy”. ¿Simpático, no es así?

Cervantino. Día 12.

El atorón carretero del viernes me ha servido de suficiente lección y este domingo decido salir de León ¡Tres horas! antes de la función. Apenas estuvo bien, porque ahora sí hubo una volcadura unos metros antes de llegar a la vía del tren en Silao. Llego tranquilamente, me parqueó en la Estación de FFCC en Guanajuato, me echó una torta de carnitas, llego a la sala de prensa a pedir mis boletos (todo un lujo, porque con las prisas, siempre ando buscando a la edecán de prensa ya hasta que estoy en el teatro) y con toda la pachorra del planeta llego al Cervantes para ver, ahora sí, “Fausto al Cubo”, la revisión que del mito del hombre que vende su alma al diablo hacen los rusos de Akhe y los mexicanos de Línea de Sombra.

Es un espectáculo netamente visual, muy en la onda del teatro físico, poético y polisémico como diría mi maestro de semiología. A ambos grupos los conocí en el FIAC del 2001, con espectáculos separados, y esta primera colaboración les ha sido con un nivel más que digno y aceptable, con todo y que no es una de esas superproducciones alemanas. Buena puntada que el único texto pronunciado, sea un soneto de Sor Juana Inés de la Cruz al final del show.

En la noche, tengo que pellizcarme el brazo en el concierto de la Philharmonic Orchestra en el Juárez al ver que ¡Sí, sí es Peter Maxwell Davies quién se sube al estrado de director! Pero si es nada menos que el Elton John de la música de concierto en el Reino Unido, un auténtico figurón.

¿Sugerencias para mi regalo de navidad? Un CD con “Mavis in Las Vegas”, la primera obra despachada por la Philharmonic, obra del propio Davies, quien hace un puntualísimo retrato sonoro del ambiente de la ciudad del pecado, con todo y sus órganos desafinados de iglesia para bodas express, la cursilería del Museo de Liberace, fuentes danzarinas y volcanes artificiales.

No, ya sé que no es la pieza más profunda del mundo y que la densidad intelectual de Penderecki esto o que la vanguardismo de Xenakis, aquello, pero es encanijadamente divertida y creo que finalmente el arte se trata del disfrute. Además la orquesta sonó acojonante. Hubo también un concierto de cello de Elgar, con una exagerada Natalie Clein y la Sinfonía Antártica, también de Davies, pero si por algo le hago un lugarcito en mi corazón a esta velada es por “Mavis in Las Vegas”.

Cervantino. Día 11.

No me agrada mucho la idea de andar viniendo a cubrir eventos del mediodía al Templo de Valenciana y que luego mi segunda asignación sea hasta la noche (son demasiadas horas muertas en el inter), pero parece que la cosa ha valido la pena. El Divertimento Ensamble es como me lo recetó el doctor, un conjunto de música contemporánea irreverente y serio en lo que hace.

Espectacular han sido las “Ocho canciones para un rey loco”, obra de Sir Peter Maxwell Davies que tiene su punto climático cuando un barítono, que representa al rey Jorge, le arrebata el instrumento a un violinista y lo destroza en el suelo (al violín, no al violinista). Gene Simmons diría ¡Yeah!

Me quedo a ver si la lluvia deja actuar ahora sí a Cornisa 20, pero no es así. ¿Por qué está lloviendo tanto?

Cervantino. Día 10.

Un día para llorar. Un inexplicable atorón en la carretera, poco antes de llegar a Silao me impide llegar a la función de “Fausto al cubo” que debía cubrir en la tarde y el alargado tormentón que cayó en la noche, hizo que se cancelara el espectáculo de Cornisa 20 en San Roque que constituía mi segunda asignación.

Tremendamente frustrante. No recuerdo cuando fue la última vez que la lluvia hizo cancelar un evento del Cervantino y desde que lo cubro hace seis años no me había tocado tanta agua.

El atorón de la carretera fue inexplicable porque una vez que pasé el punto conflictivo no ví choques, atropellados, hombres trabajando, ovnis caídos sobre vochos o rocas gigantes deslavadas. Nada. Parece que todo mundo simplemente se puso a rodar a 2 kilómetros por hora con el expreso propósito de reventarme el hígado.

Cervantino. Día 9.

Es el jueves 12, por lo que el Cervantino inicia su segunda semana de programación. Me toca jornada doble y acudo tanto a la función de Random Dance en el Auditorio de Estado, como a la de Sarruga en Los Pastitos.

El primero es un espectáculo contundente, inspirado en una anomalía motriz llamada “Ataxia”, que impide la coordinación del movimiento. Una música opresiva acompaña la coreografía en varios cuadros, caracterizada por una estética convulsa y dura. Un espectáculo redondito, con un original diseño de producción, excelente trabajo físico y vanguardista propuesta. Yo sólo le hubiera acortado unos 10 o 15 minutos al tiempo de representación, que hacia el final se volvió un poquito anticlimático.

En Los Pastitos, por otro lado, Sarruga presentó “Peces”, un divertimento sin argumento y sin palabras donde desfilaban una serie de artilugios mecánicos impulsados por pedales con forma de peces, medusas y tiburones. Espectáculo sencillo en su concepto y tremendamente vistoso en su forma.

Para darle un poco de variedad, decidí no verlo en la explanada, como lo había hecho siempre en este escenario, sino en una de las colinas vecinas. Creo que se disfruta más así. De paso, descubrí lo funcional que es el espacio de estacionamiento de la antigua Estación de Ferrocarril: puedes llegar sin problema a la colina y, acabada la función, salirte luego luego por una vereda que viene dando a un costado de la farmacia ISSEG de la entrada de la ciudad. Nada de andarte esperando a que se despejen Los Pastitos. Los guanajuateños le saben los secretos a su ciudad desde siempre, pero uno de turista se tarda mucho más en descubrirlos.

Cervantino. Día 8.

Luego de su “palomazo” la noche anterior en la Alhóndiga, noJazz ocupa el papel estelar en el mismo escenario. Groove en cantidades industriales, ritmo contagioso, mucho carisma y desparpajo y un elevado factor ¡Yeah! Para mí era uno de los eventos más esperados. Cuando vinieron hace dos años, no me tocaba cubrirlos, así que sólo escuché su último encore mientras pasaba por la Alhóndiga rumbo a Los Pastitos. Con eso tuve. Era una versión divertidísima (que repitieron en esta actuación) del tema de la serie “Magnum P.I.” (esa donde salía Tom Selleck), mezclado con el de “Misión Imposible”.

Ha sido un espectáculo magnífico, especialmente con “Candela”, una versión hip-hopera-funk del clásico son cubano, con todo y “sample” de la voz de San Compay Segundo. Pueden checar un poco del sabor en el video.

Cervantino. Día 7.

Electro Deluxe en la Alhóndiga. Un buen grupo de jazz fusión con un rollo muy padre de incorporación de texturas de música electrónica al discurso del jazz. Como es tradición en estos ensamble franceses, los metales están muuuuuy bien, con un trompeta muy a la Jan Garbarek y un saxofonista por demás eficaz.

Lo memorable de la noche fue el “palomazo” que se aventaron 3 de los músicos de noJazz. Realmente contagioso.

Cervantino. Día 6.

Los lunes del FIC, como Garfield, yo no trabajo… cuando menos cubriendo eventos, porque la talacha normal en el periódico sigue y sigue. Como diría mi papá: “Ya descansarás en la tumba”.

Cervantino. Día 5.

Los que me conocen saben que soy admirador del trabajo de José Luis Castillo, el hombre que convirtió en decente a una orquesta que años muy atrás desafinaba en el “Huapango” de Moncayo.

Me dejó un sabor amargo la manera en que Castillo se separó, en medio de grillas de nivel más que arrabalero, de la OSUG en enero del año pasado. Todavía no se me olvida la perla recitada por el rector de la UG desoyendo a todos los que estaban a favor de la permanencia de Castillo: “El director de la OSUG no es un puesto de elección popular” (¡On your face, melómanos!)

Bueno. Pues don José Luis ha regresado este domingo para dirigir la Camerata de las Américas y un programa con obras de jóvenes compositores, fruto de un programa coordinado por el mismo Castillo. La ovación más grande la noche (y por partida doble) para él y daba gusto que en el público estaban todos esos renegados que dejaron de ir a conciertos de la OSUG en cuanto él se separó y algunos atrilistas que Castillo dirigió en su estadía en Guanajuato. Fue casi como el regreso del hijo pródigo. Ojalá que la ocasión se repita pronto.

Cervantino. Día 4

Me ofusqué.

Manejando hacia Guanajuato, me molestó sobremanera un tipejo de una pick up azul que se la pasó rebasando a todo mundo por la derecha. Me enojé tanto que pise el acelerador hasta los 160 kph durante un buen pedazo de la autopista para dejarlo convertido en un perdido punto del horizonte. El Señor me envío una señal ya en las puertas de Cuévano a una velocidad moderada: se me ponchó un neumático.

El Señor Mi Dios me ha querido decir con esto que la ira es mala consejera y que me habría ido muy mal si la llanta se le ocurre reventarse a 160 kph. Entendí el mensaje.

Puedo vanagloriarme de que cambié la llanta como un as en menos de 10 minutos (me orillé cerca de donde estaba una patrulla de Tránsito del Estado. Pregúntenme si el uniformado fue a ofrecerme ayuda. Nanais) y que alcancé a llegar a tiempo para el concierto de Nortec, Waxolutionists y Christopher Just titulado “No más Mozart”.

Me llamó la atención que hubieran tantas chavitas en traje de “voy al Capitolio” y lo atractivo de la propuesta de los Waxo, lástima que tocaron sólo una pieza, antes de que Just rebajara el nivel de la contienda con un techno bailable y efectivo.

Como que el nombre de “No más Mozart” me daba a pensar que iba a haber alguna experimentación con la obra de don Amadeus. Los Djs austriacos sí lo hicieron en parte, pero a los de Nortec les valió gorro y despacharon casi el mismo set de hace dos años. Está bien que está chido Nortec, pero para ver lo mismo FIC con FIC ya tenemos a los Entremeses y al ballet de Amalia Hernández.

Mi medio Top Ten del Teatro en el FIC

Con ésta, serán siete ediciones que cubro del Festival Internacional Cervantino. Seguro son pocas (me faltan otras 19 para que le pongan mi nombre a la Sala de Prensa, como lo hicieron con don Xavier XX), pero son suficientes para tener mi medio top ten de montajes favoritos.

1. Emilia Galotti, Deutsches Theater
2. Ay, Quixote, Teatro Malandro
3. Mama Medea, Schauspielhannover
4. Sueño de una noche de verano, Mladinsko
5. Titus Andronicus, Teatro del Farfullero

Cervantino. Día 3.

¡Por cosas así es que uno viene al Cervantino! Hoy me tocó cubrir la función de “Ubu Rey”, loquísimo montaje del Dundee Rep Theatre que le da una revolcadita a la clásica sátira sobre el poder de Alfred Jarry. Mi reseña para AM se tituló “Macbeth versión guarra” y creo que eso alcanza a definir muy bien por dónde va el asunto.
Aunque el montaje británico no desbanca a mis favoritos, es tremendo. Insolente, irreverente y poco convencional. Definitivamente uno de los mejores favores que se le puede hacer a un clásico.

Cervantino. Día 2.

Tampoco piso Guanajuato de manera oficial este día. Cubro la inauguración del FIC en León, que desde hace cinco años es sede del Festival. El Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández es el culpable de haber agotado las localidades.

La función de esta compañía en el FIC es casi como la de los “Entremeses”, una representación ritual que casi no varía de año a año. Si lo viste en el FIC de 1999, ya lo viste en el de 2006.

Me parece que el BFM anda dando el “viejazo” como lo hizo, en su campo, el Ballet Nacional de México de Guillermina Bravo. Lo digo porque hace poco más de 15 días vi en el mismo Teatro Doblado a la Compañía Nacional de Danza Folclórica de Nieves Paniagua y me pareció mucho más fresca y propositiva. Es más, la “Danza del Venado”, tradicional joya de la corona de la compañía de doña Amalia, estuvo mejor bailada, y con mucho, con el solista de doña Nieves.

Con todo, que padre que el teatro se llene con tan heterogénea audiencia. Hasta Don Sebas, el gentil taquero de quien hablé en mi segunda columna para el AM, me presumía desde hace días que él ya tenía sus boletos.

Cervantino. Día 1.

Cubrir el Festival Internacional Cervantino es una de las cosas más emocionantes de mi labor como periodista. Salvo por la presión para entregar mi crónica al día siguiente y el cansancio físico que comienza a mostrarse hacia los 10 días de festival, me cuesta considerar esta jornada como “trabajo”.

Este año mucho menos, pues la agenda de cobertura del periódico no contempló que yo tuviera que cubrir la inauguración, así que estuve casi de paseo en Guanajuato.
El casi fueron las barricadas del Estado Mayor Presidencial para salvaguardar a Vicente Fox (tema de mi columna del 7 de octubre).

No pude ver, por eso, gran cosa de “Carmen” en la Alhóndiga, pero alcancé a darme cuenta que el asunto se veía mejor en el papel de lo que fue en realidad. No sentí click entre el público y el elenco de la ópera, encabezado por Fernando de la Mora y María Luisa Tamez. Además, la producción se me hizo tan… ¡ay, Dios mío! Los telones parecían decorado de festival de la primavera y los vestuarios lucían poco convincentes.

En el Juárez la cosa pintó mejor. Desde el inicio los BBC Singers nos echaron en cara lo que era un verdadero coro de cámara. Aunque fue un coro magnífico, disfruté más piezas orquestales de la segunda mitad despachadas por la OFUNAM, bajo la batuta de Odaline de la Martínez (me gusta pensar en ella como la hermana perdida y culta de Tongolele).

Lo mejor de ello es que disfrute sin tener que escribir de nada.