noviembre 16, 2006

Cervantino. Día 9.

Es el jueves 12, por lo que el Cervantino inicia su segunda semana de programación. Me toca jornada doble y acudo tanto a la función de Random Dance en el Auditorio de Estado, como a la de Sarruga en Los Pastitos.

El primero es un espectáculo contundente, inspirado en una anomalía motriz llamada “Ataxia”, que impide la coordinación del movimiento. Una música opresiva acompaña la coreografía en varios cuadros, caracterizada por una estética convulsa y dura. Un espectáculo redondito, con un original diseño de producción, excelente trabajo físico y vanguardista propuesta. Yo sólo le hubiera acortado unos 10 o 15 minutos al tiempo de representación, que hacia el final se volvió un poquito anticlimático.

En Los Pastitos, por otro lado, Sarruga presentó “Peces”, un divertimento sin argumento y sin palabras donde desfilaban una serie de artilugios mecánicos impulsados por pedales con forma de peces, medusas y tiburones. Espectáculo sencillo en su concepto y tremendamente vistoso en su forma.

Para darle un poco de variedad, decidí no verlo en la explanada, como lo había hecho siempre en este escenario, sino en una de las colinas vecinas. Creo que se disfruta más así. De paso, descubrí lo funcional que es el espacio de estacionamiento de la antigua Estación de Ferrocarril: puedes llegar sin problema a la colina y, acabada la función, salirte luego luego por una vereda que viene dando a un costado de la farmacia ISSEG de la entrada de la ciudad. Nada de andarte esperando a que se despejen Los Pastitos. Los guanajuateños le saben los secretos a su ciudad desde siempre, pero uno de turista se tarda mucho más en descubrirlos.

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