Este viernes estuve asignado a hacer un reportaje sobre la Casa Cuna Amigo Daniel, que está próxima a cumplir su XX aniversario. Es la única institución de su tipo en la ciudad, orientada a brindar cobijo a niños menores de 6 años, víctimas de maltrato y abuso doméstico.
Quizá si no fuera padre, no me habría impactado tanto lo que ahí ví. Una niñita de no más de 4 años con apósitos en su ojo, cabeza y mano porque había sido quemada intencionalmente con aceite por sus padres, y un bebito de días de nacido que su madre, una persona con retraso mental, dejó abandonado en el hospital.
Yo nunca he sido niñero. Admito que me cuesta tratar con absolutamente cualquier otro niño que no sea mi adorado Adiel, pero me dieron tantas ganas de abrazar a alguno de esos pequeñitos. Si no fuera tan penoso y patológicamente tímido, de buena gana le hubiera cantado al chiquitito abandonado. Le hubiera querido decir que, no obstante lo que pasó, hay gente capaz de quererlo.
Simplemente me cuesta entender que alguien sea capaz de lastimar así a un infante y me apena muchísimo que en estos momentos haya 70 niños en Amigo Daniel. No tendrían porqué estar ahí. Deberían estar en una casa, pobre o rica, pero donde fueran queridos, respetados y festejados todos los días por el simple hecho de que son tiernos, ocurrentes, curiosos y nos recuerdan que, de fábrica, todos venimos hechos de bondad.
Que bueno que esos niños tienen a Amigo Daniel; que malo que casas cuna como ésta tengan que existir y que peor que parecieran ser insuficientes. Deveras que sí nos estamos enfermando como sociedad.
No obstante que casi todos los niños llegaron ahí vía intervención de aparatos del Estado (policía, ministerio público), la institución no recibe subsidios ni subvenciones oficiales. Es, como le gusta decir a sus directivos, una obra de todos, que sobrevive únicamente de donativos y del apoyo de verdaderos filántropos (no como los de Crocs).
Si alguno de ustedes cree que lo que hace esta casa cuna es valioso, ¿por qué no ayudar?
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario