Cuando en su revista, el equipo de Fórmula 1 Spiker hizo una encuesta para saber cuándo iba a ganar su primera carrera el prodigioso Lewis Hamilton, yo calculé que para el Gran Premio de Inglaterra, a realizarse el 8 de julio.Bueno, pues don Lewis nos arruinó la apuesta ganando su primera carrera un mes antes, este fin de semana, en el accidentado Gran Premio de Canadá. A todos los fans de la Fórmula 1 nos tiene asombrado este joven de sólo 22 años que NO SE HA BAJADO DEL PODIUM desde que comenzó la temporada. En las seis carreras que lleva el serial siempre ha estado entre los tres primeros.
A este paso, dejará de ser sopresivo si Hamilton le quita el campeonato del mundo a su compañero de equipo, Fernando Alonso. Parece que estamos más cerca que nunca de ese legendario duelo de co-equiperos que hubo en McLaren en los tiempos de Prost y Senna. Definitivamente a la Fórmula 1 se le quitó lo aburrido.
Pero nomás para que vean cómo lo que manda es el morbo, no fue la hazaña de Lewis Hamilton, quien ya lidera el campeonato, lo que resalta la prensa de todos lados (a excepción quizá de la británica), sino el supremo y brutal choque de Robert Kubika, el piloto de BMW Sauber que salió vivo después de haber desintegrado su auto.
Y eso que Kubika no se estampó en el famoso “Muro de los Campeones”, un famoso pedazo de concreto que resguarda la salida de una curva y donde han chocado varios pilotos, que no les queda más que mirar con resignación la leyenda que adorna esa barreracon gran humorismo involuntario: “Bienvenido a Québec”.
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