Ni modo, Costa Rica, el equipo al que le iba en la Copa de Oro, perdió en su partido contra México.
Pero el daño para México ya está hecho: Mira que necesitar de tiempos extras para poderle ganar a un equipo que estuvo casi todo el tiempo en desventaja numérica (creo que los ticos acabaron con 8 hombres) es para meter la cabeza en una bolsa de papel y no salir de ahí hasta Navidad.
Y aún así, hay cronistas que le engordan el caldo a la MEDIOCRE Selección Mexicana con cosas como esta: " El tanto de Borgetti vino a darle a México un merecido pase a las semifinales."
¿Merecido? Merecido lo que ha hecho el próximo rival de México: Guadalupe, esa pequeña isla del Caribe que ni siquiera está afiliada oficialmente a la FIFA (vamos, ni siquiera es nación independiente, es un departamento de Francia) y que participa en la Copa de Oro de invitada ¡¡y ya es semifinalista!! (le ganó a Honduras y Canadá y empató con Haití; es decir, está invicta, mientras que México ya carga con una derrota contra Honduras).
Ardo en deseos de que Guadalupe le gane aunque sea por la mínima diferencia a México, no sólo porque como a Paris Hilton, a la Selección Mexicana le urge un remedio contra su arrogancia y conformismo; sino también, porque me encanta cuando la realidad supera a la ficción.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario