El ministro de la Suprema Corte Salvador Aguirre había dicho, unas semanas antes de empezar a discutir sobre la Ley Televisa, "No saben de qué estamos hechos", en alusión a las presiones que tendrían que enfrentar los magistrados para revisar tan polémica ley.
Y sí, los magistrados nos salieron hechos de muy buena madera, de esa que no abunda entre los legisladores agachones: echaron para atrás la ganga disfrazada de ley de medios. Nada de que las dos cadenas de tele se van a quedar de a gratis con el espectro radioeléctrico una vez que entre la tecnología digital; nada de que se van a quedar con nuevos servicios nomás con el poder de su firma.
Con lo inconsciente que es la población en general (sí, yo no me ando con cortesías, los mexicanos somos ignorantes por gusto, apáticos y desatentos), seguro que no será un fallo que sea celebrado popularmente, pero los que sí saben lo que estaba en juego no podemos más que estar felices.
A ver que sarta de "pseudo-reportajes" nos recetan ahora los noticieros de Azteca y Televisa, que se la pasaron haciendo leña de los ex senadores que metieron la controversia constitucional. Si, ciertamente Bartlett no es una blanca paloma, y una ocurrencia positiva (impugnar esta ley) no bastara para borrar todas sus ocurrencias negativas (remember la caída del sistema), pero las buenas ideas son buenas ideas aunque las formule el mismo diablo, ¿o no?
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