El decreto inútil

Era el 8 de septiembre de 2006 y la mesa estaba puesta para la fiesta inaugural de la Biblioteca Central Estatal, primer componente del Centro Cultural Guanajuato (ahora Forum) que se ponía en marcha.

El entonces presidente Vicente Fox, que había pisado esos terrenos en su época de estudiante del Instituto Lux, sacó entonces una sorpresa que le robó un poco de protagonismo al naciente complejo cultural: el anuncio del decreto gubernamental que convertía al Festival Internacional Cervantino en organismo público descentralizado.

Menos de un año después, el gozo se ha ido oficialmente al pozo, pues a escasos 20 días de que se anuncie el programa de la 35ª edición del FIC, se ha hecho público que para poderla realizar se ha puesto en marcha un mecanismo temporal llamado “Estructura programática”.

Así pues, el Cervantino se quedó a medio camino entre el comité organizador que era antes del decreto y el organismo público descentralizado que se prometió sería. En lugar de fortalecer al máximo evento cultural del país, se le ha debilitado con la incertidumbre de su personalidad jurídica.

Mediante la “Estructura Programática”, la Secretaría de Hacienda (la primera interesada en que el FIC no sea un organismo autónomo por el impacto presupuestal que eso tendría), ha autorizado al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes para ejercer los 40 millones de aportación federal para el Festival.

Puede que el asunto no pase de ser un mero formulismo jurídico, pero ha quedado de manifiesto la subordinación de los grandes eventos culturales al vaivén político del momento. En México, ningún festival cultural tiene el estatuto de institución por sí sola. A lo más que hemos llegado es a que algunos de ellos (como el de México en el Centro Histórico) se hayan convertido en asociaciones civiles.

Y es que los festivales artísticos son un asunto delicado: en cuanto alcanzan su madurez, se vuelven parte importante del patrimonio cultural de una comunidad, pero son patrimonio inmaterial, justamente para el que menos están habilitadas las leyes e instituciones para proteger.

Podríamos decir que el verdadero peligro para el FIC es que no se llegara a realizar, mediante las figuras que sean (cosa que, cuando menos por ahora, no vemos que sea un riesgo real), pero tampoco son buenas señales esas indefiniciones. No se vale formular decretos que no puedan ser funcionales en un futuro inmediato ni ponerle piedritas en el camino a una festividad cultural en aras de “fortalecerla”.

Ya sea como comité, organismo descentralizado o estructura programática, lo que queremos los guanajuatenses es que el Cervantino siga siendo un motivo de orgullo y solaz artístico y que las decisiones que se tomen en torno a él no sean a la ligera. No hacerlo víctima de decretos inútiles que nos hagan pensar, muy a la de hijo de vecino, que estábamos mejor como antes.

Las buenas
Tal parece que entre el 6 y el 11 de julio tendremos Festival de Festivales, pues por curiosidades del calendario, los tres más importantes festivales en Guanajuato anunciarán su programación del presente año entre esos días.

El que abre la ráfaga es el Festival Internacional de Arte Contemporáneo, que descubrirá las sorpresas de su 13ª edición el próximo viernes, en el Teatro María Grever, con un espectáculo de danza contemporánea a cargo del alemán Dominik Borucki y la colombiana Claudia Cardona.

Al lunes siguiente, el Festival Internacional de Cine Expresión en Corto, dará a conocer el flamante menú para su edición de décimo aniversario, que iniciará el 20 de julio con Estados Unidos como invitado de honor.

Finalmente, el miércoles 11, será presentado en Guanajuato y la Ciudad de México, el 35º Festival Internacional Cervantino, cuyos invitados de honor son China y San Luis Potosí.

A diferencia de ediciones anteriores, el secreto sobre la programación se ha mantenido al máximo. No se ha filtrado el nombre de ninguna figura ni tampoco, como el año pasado, problemas de contratación, como los que se pasaron con la compañía coreográfica alemana de Pina Bausch.

Así pues, ya pronto dejaremos de comernos las uñas.

Publicado en A.M. León el 30 de junio de 2007.