El viernes, mis deberes profesionales me llevaron de nueva cuenta a una función del Ballet Nacional de Rusia. Espero haber dejado mis pasiones de lado y haber despachado una crónica correcta (que verán en A.M. mañana).
Pero en el plano personal, es por demás. No me gusta el ballet clásico. No lo llego a odiar porque de vez en cuando surge algún chispazo que me sorprende, pero en general es una manifestación artística que se me resbala, no me causa nada, no me mueve. Me sorprende la pervivencia de su anacronismo, porque al contrario de la ópera, el teatro de Shakespeare o la música sinfónica, no parece haber superado la prueba del tiempo.
El ballet clásico se me hace tan extremadamente fincado en la forma, tan acotado y aparte con unos argumentos tan rebasados por los tiempos que no puedo ver una función de ballet a gusto. Es como si quisera comer bajo una nube de moscas haciendo ruido.
En especial, odié el primero y tercer actos de “El lago de los cisnes”. Me pareció que el desdichado de Marius Petipa nomás los creó para llenar de paja y hacer tiempo. Son unos auténticos ladrillos. Ahora entiendo porque en la mayoría de los montajes los suelen abreviar. Y pensar que Petipa se suele quedar injustamente con el crédito y gloria de toda la coreografía, siendo que su asistente, Lev Ivanov, es el creador de los actos que suceden en el lago, los que realmente hacen que este ballet sea lo que es.
Buscando la biografía de Ivanov en la Wikipedia me di cuenta que fue uno de esos talentos que llegaron en el momento y lugar equivocados. Era un gran bailarín, pero en su época los grandes papeles estaban reservados a las mujeres. Pasó luego a ser coreógrafo, pero bajo las órdenes de Petipa, quien solía modificar a su capricho las coreografías de Ivanov. Además, le tocó ser ruso en una disciplina en la que sus paisanos valoraban más a los franceses.
Y bueno, aunque no soy especialistas en cuestiones de género, ¿pues que lectura es esta de las heroínas de ballet que no son dueñas de su propio destino y tienen que esperar a que llegue el príncipe que las desencante?
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