Durante la Feria, las páginas de espectáculos de los diarios locales están colmadas por el palenque de la Feria. Ustedes leerán las reseñas de las presentaciones y les quedará la impresión de que son todo un show, memorables, chidas, buena onda.
Pero jamás de los jamases verán a los periodistas que las hacen quejarse. Entre los colegas despotricamos y mentamos madres contra el personal de seguridad de la Empresa Tapatía. Hacia afuera nunca decimos nada, pero es incómodo cubrir eventos del Palenque de la Feria de León.
No es fácil porque la idea que tiene la Empresa Tapatía de "atención a los medios" es de plano ranchera. Te otorgan un solo gafete de reportero, con el consenso y acuerdo tácito de que ese gafete lo puede usar indistintamente cualquier persona del diario asignada a cubrir. Pues no. Los primeros días batallamos mucho porque los de la puerta salían con "el que sale en la foto no eres tú".
Luego, hay una puerta para "medios e invitados" en la que nunca hay nadie que abra, pero si te quieres pasar por la entrada del público en general (que desemboca exactamente en el mismo punto que la otra), alguien que se cree más gerente que el gerente desata el siguiente diálogo
-La entrada de prensa es en la otra
-Oye, pero ahí no hay nadie que abra
-Ahorita les aviso que te abran
Y creelo. El show puede terminar y nadie le habrá avisado a nadie. Yo pasé porque una señora a grito pelón le estaba hablando a una persona de ahí.
Dentro, el gafete no te sirve absolutamente para nada. Quizá para que más elementos de seguridad identifiquen a quién deben fastidiar. No hay lugares asignados para la prensa. Así es, en un recinto con capacidad para 4 mil 500 espectadores, la empresa es suficientemente tacaña como para dejar de vender los 20 ó 25 asientos que ocuparía la prensa.
Si el Teatro Doblado, que tiene un tercio de la capacidad del Palenque, reserva 10 asientos por función para a prensa. Por pura proporción debería haber 30 asientos de prensa en el palenque. Olvidate. No los hay. Bendito tú que cubres el espectáculo en día que no es de lleno total. Podrás sentarte en las gradas.
Pero en los llenos a reventar, como el de Gloria Trevi. Si no llegaste una hora antes a ganarte una grada, ya valió. Yo llegué justo a la hora y no había ni por donde pasar. El colmo es que tampoco me dejaban estar en el pasillo. Tuve que aventarme el concierto parado, recargado en una de las puertas que dan al Poliforum, detrás de un montón de woofers y viendo a Gloria Trevi por la pantalla gigante.
Me tocó ver a un par de colegas fotógrafos de otros medios que tampoco los dejaban pasar a los pasillos, la única zona donde, a esas alturas, podían tomar fotos. Y lo que es más, un señor que me estaba sacando plática me dijo: "Bueno, ¿están enojados estos con la prensa o qué? Yo vengo casi todos los días y siempre me toca verlos batallar para pasar".
Aclaro. Los guardias de la Empresa Tapatía no son hostiles, no nos agarran a macanazos, no nos empujan. Simplemente no nos tratan como profesionales que estamos haciendo nuestro trabajo y, de paso, dándoles publicidad gratuita.
Ojalá que con la apertura del nuevo recinto para el Palenque, de mayor capacidad, no les duela reservar lugares para prensa y les de tiempo para concientizar al personal de que los periodistas no somos zánganos que queremos ver espectáculos sin pagar (¡a mí ni me gusta la mayoría de la gente que he cubierto en el Palenque!), sino gente que tiene que cumplir con su trabajo.
enero 31, 2009
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1 comentario:
ps tu ponte en su lugar de los guardias q pueden hacer si la orden de su jefe es esa tratar de no tener gente en los pasillos ellos no tienen la culpa
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