Mi asignación cervantina del sábado 6, fue de la única agrupación del FIC en León que no se presentará en Guanajuato capital: el Ballet Provincial de San Luis Potosí.
El Provincial, fundado por la extinta Lila López es una de las más importantes agrupaciones de danza contemporánea en el interior de la República y una de la más antiguas, por lo que siendo San Luis Potosí el invitado de honor al Cervantino, hubiera sido inadmisible no tener a este ballet en el programa.
Ahora dirigido por Carmen Alvarado, el grupo combinó dos piezas de su fundadora ("Cactus" y "Rebozos"), y dos realizadas en época más reciente por coreógrafos invitados, como Antonio Salinas ("Estudio sobre la inmovilidad" y "A fuego lento").
Fueron esas dos últimas las que me gustaron especialmente, por estar más en sintonía con la danza contemporánea de hoy en día, tremendamente distinta a la de los comienzos de Lila López. Da gusto que una agrupación que es estandarte de la danza en provincia se deje tocar por nuevos aires y sea permeable a su tiempo. Lo triste fue la afluencia, pues no había más de 120 personas entre las butacas.
La presencia de "Cactus" y "Rebozos" se entendía como homenaje y como testimonio de una época, pero si alguien se atreviera a hacer algo así hoy en día, sería la cosa más sosa y aburrida del planeta, puesto que la "Cortina de Nopal" (expresión con qie José Luis Cuevas hacía escarnio del nacionalismo de la Escuela Mexicana de Pintra) ya se derribó.
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