Ya sé que lo más probable es que no sean tan fanáticos como yo de la Fórmula 1 (y bueno, yo tampoco lo era ya mucho antes de empezar la temporada), pero es que esto se ha puesto que ni mandado a hacer por Verdi o algún mago del thriller cinematográfico.
Estaba cantadísimo hace dos grandes premios que Lewis Hamilton sería el campeón a menos que ocurriera un desastre ¡y va ocurriendo en el Gran Premio de China! el primero que el novato piloto de McLaren no termina en el año porque dejó inservibles sus neumáticos.
Y como la competencia la ganó Kimi Raikkonen, pues ahora ya tenemos tres aspirantes al título, que se va a definir en Brasil, el 21 de octubre (Hamilton sigue llevando mano). Y es que aparte de lo deportivo, todo el trasfondo se ha vuelto una tragedia griega, con McLaren "saboteando" a su otro piloto (Fernando Alonso), el jefe de equipo descarándose diciendo que "No ibamos contra Kimi, sino contra Fernando"; y los de Renault (el ex equipo de Alonso y que sueña con traerlo de regreso) festejando como locos cuando Hamilton salió de la competencia, además de que la esposa de Alonso y su manager ven las comptencias en el "Motor Home" de la marca francesa, en lugar de estar con los de McLaren.
En Racingpasión, hay comentarios de fans que dicen que, dado que en McLaren le alteran los neumáticos a Alonso, mejor que haga sus cambios de llantas en los pits de Renault. En fin, que esto está al rojo vivo.
Total, que el 21 la noticia será que se acaba el Cervantino, pero también que habrá campeón. Si no les contesto el teléfono a eso de las 11:00 de la mañana, ya saben en qué estaré ocupado.
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