Sí, el jueves 4 de octubre fue el segundo día del Festival Internacional Cervantino, pero el primero donde me toca ver acción como periodista. Estuve presente en la inauguración de la jornada en León, con el Ensamble de Canto y Danza de Jilin (China).
Es el mismo espectáculo que abrió el festival un día antes en la Alhóndiga (bueno, casi, porque quitaron los números de acrobacia y de violín chino) y vaya que nos quedó claro porqué han invitado al grupo a participar en la ceremonia de inauguración de las próximas Olimpiadas de Beijing: es ultra show, colorido y vistoso.
Me divertí mucho hasta el inicio de la segunda parte. Despúes, comenzó a parecerme que la función se estaba alargando demasiado y que la secuencia de coreografías lenta-rapida-lenta estaba dando al traste con el ritmo del espectáculo.
De bailarín en bailarin, pudiera no ser una danza muy elaborada o compleja; pero ya en colectivo era una puesta en escena muy agradable que usaba a su favor mucho del legado de la comedia musical o la simbiosis musical oriente-occidente.
Especialmente de "tirar la baba" fueron los números de "Guanyin, diosa de la misericordia de las mil manos" (LA foto de este FIC desde la presentación del programa), la Danza de los Abanicos y la Muchachas de Dos Caras.
Aunque el público llenó al tope el Doblado, creo que la duración medio excesiva del espectáculo lo entibió. Eso y que seguramente muchos se decepcionaron de que "el espectáculo folclórico chino" no tuviera danza de los leones y sí una buena dosis de música electrónica con elementos orientales.
Foto: Cortesía FIC.
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