El lunes 8 fue uno de los días de más baja intensidad en el programa del Cervantino. Ese día me tocó ir al Templo del Inmaculado a escuchar al Coro de Madrigalistas de Bellas Artes, que con la dirección de James Demster presentaron un programa de pura música coral china.
Fue más delicioso de escuchar de lo que me imaginé, sobre todo por el esmero palpable que puso la agrupación en la preparación de este concierto, su calidad y la originalidad del repertorio, que hizo lucir la trinante belleza y bulliciosa musicalidad de las canciones chinas.
Para mí, la pieza de la noche fue "El lago del Poniente", de Chen Yi, un verdadero cuadro impresionista hecho con puros elementos vocales atmosféricos; no verbales, sino simplemente susurros y vocalizaciones. Ponía la piel chinita (valga la expresión) sentir como con tan poco se podía hacer tanto.
¿Lo feo de la noche? La oportunísima remodelación de una parte del embaldosado de la Zona Peatonal, por culpa de la cual el Estacionamiento Fundadores (la opción más clara para los eventos del Inmaculado programados a las 21:00 horas), está recortando su horario de cierre a las 22:00 horas y obligando a salir corriendo del concierto.
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